Opinión

Los libros en presidenciables

 

Enrique Peña Nieto

A estas alturas de la contienda político electoral, lo que salta a la vista es la pobreza de los aspirantes en materia cultural. Enrique Peña Nieto mostró incultura, falta de preparación sobre el terreno que recorrería en la Feria Internacional del Libro y dejó bien en claro que lo suyo, realmente es la soberbia y la incapacidad para improvisar. Pero Ernesto Cordero, considerado por muchos como el “delfín” de Felipe Calderón, dejó ver algo que podría ser peor. Primero, justo en un campo preparado para el lucimiento, con la dramática experiencia de Peña en las manos y con, se supone, todo el apoyo de sus asesores para “demostrar” su cultura, cometió el mismo error que el aspirante priísta: confundir autores. La peor parte de este caso resultó cuando, buscando una solución a su torpeza, cometió un error mayor el justificarse con un “igual y me agarraron muy temprano”. Esto es, con la idea de resolver un traspié  simplemente abrió una puerta mucho más grande para evidenciar sus problemas. Ahora, de manera oficial y dicho por el propio afectado, el señor Cordero tiene horarios para poder hacer frente a los retos del momento. Y si ello se traslada a una hipotética presencia en Los Pinos, habría simplemente que preguntarse ¿a partir de qué hora el señor Cordero está listo para coordinar, responder y hacer frente a las necesidades de un gobierno? Por lo visto, la incultura es parte del elenco electoral: Lo que nos lleva a la difícil situación no de encontrar al “mejor”, sino la de tratar de encontrar a uno que resulte o pueda resultar “menos malo”. De cualquier manera, los tropezones de los señores Peña y Cordero son más que lamentables y ponen en duros aprietos a sus respectivos partidos.

Al PRI debido a que seleccionó a Peña cuando tenía opciones consideradas por todos, como mejores. Y en el PAN, debido a que Cordero recibe todo el apoyo oficial para “crecer” y no sólo no logra su objetivo, sino que se encarga de anunciar que si lo “agarran” muy temprano, los resultados podría resultar muy poco satisfactorios… En tanto, el Presidente Felipe Calderón insiste en el hecho de que en Michoacán, hubo una evidente participación de los cárteles del narco en el pasado proceso electoral en el que su hermana Luisa María fue vencida en su intento por convertirse en gobernadora. El problema aquí es sin embargo, un poco más serio, ya que en Michoacán el gobierno federal ha realizado movilizaciones de todo tipo y sus resultados han sido totalmente negativos. Se podría recordar el famoso “michoacanazo” y sus nulos resultados. Ahora, se explota una grabación y se habla de un fenómeno que se quiere generalizar. Y las preguntas son obligadas: ¿En base a qué se realizó la operación de espionaje y sobre quienes se llevó al cabo ese trabajo? ¿De dónde partió la orden y en dónde se realizó el trabajo de inteligencia para ello?

Y especialmente, si hay pruebas, ¿qué es lo que se espera para actuar? ¿El momento político electoral que más le acomode al gobierno y al PAN? El Presidente de la República no se ha comunicado con Fausto Vallejo, el candidato triunfador, para felicitarlo, con lo que deja, políticamente, su reconocimiento en suspenso. Y lanza acusaciones, pero nada más en los discursos. ¿qué es lo que se busca? ¿Crear problemas más serios de los que ya tenemos con tal de no reconocer que la familia perdió una batalla en la tierra natal?… Poco a poco, aparecen los nombres de los funcionarios del gobierno federal que formaran parte de las listas de candidatos del PAN a los puestos de elección que se disputarán el año próximo. Así, desaparece el “gobierno de amigos”, para dar vida al grupo de “amigos en el Congreso”. Justo lo que tanto y de manera tan contundente el PAN le cuestionó al gobierno del PRI… Marcelo Ebrard ya se hizo bolas con el tema de la tenencia. Ya no saben cómo resolver el problema del dinero. Una cosa es la demagogia y otra, muy diferente, la realidad. Los perredistas quieren hacer creer que ayudan a los que menos tienen, pero la verdad es que les urge tener el recurso financiero que les permite precisamente, jugar a la “política social”. Pero todo mundo sabe que el gobierno sólo puede dar, aquello de lo que dispone. Y esos recursos tienen que salir de alguna parte. Y no se requiere saber que “esa parte” es el grupo social que trabaja, aporta y paga impuestos. Pero como el gobierno perredista necesita más, entonces habrá que disfrazar la tenencia, con un cambio de nombre, de imagen y de sustento, pero siempre con la idea de tener el dinero en la mano para “ayudar a los que menos tienen”.

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