Opinión

Lo cotidiano con clase

En pueblo con altos índices de analfabetismo siempre estará en peligro de mantenerse condenado a vivir en la pobreza, la marginación y la exclusión social, porque sus habitantes no tendrán los conocimientos necesarios, incluso los básicos como la lectura y escritura.

Lo anterior viene en relación a lo expuesto por el diputado Jaime Arturo Vázquez Aguilar, de Nueva Alianza, quien sostuvo que, pese a los logros del sistema educativo nacional que tiene una cobertura del 97 por ciento a nivel primaria y de 92.5 en educación secundaria, 5.9 millones de mexicanos adultos son analfabetas.

Problema que se presenta, sobre todo en el sector rural e indígena del país, cuyo analfabetismo representa el caso extremo del rezago educativo y es una condena a la marginación social, ya que en la actualidad, la mayor parte de las acciones de la vida cotidiana y laboral demandan nuevos y mayores conocimientos.

El legislador aliancista, presidente de la Comisión Especial para la Calidad Educativa, en la LXI Legislatura, se refirió también a la deserción escolar como un fenómeno que incide en el rezago educativo.

“Es uno de los grandes retos que enfrentamos, ya que siete de cada 100 estudiantes abandonan las actividades escolares antes de concluir la secundaria por motivos económicos. En esta dinámica, el porcentaje de alumnos que concluyen oportunamente los estudios de educación primaria es de 93.8 por ciento y de secundaria, 80.9 por ciento”, agregó.

Las cifras que clarifican la dimensión del problema educacional en México, son las relativas a que prácticamente 10 millones no han concluido la educación primaria y 17.6 millones, la secundaria, problemática atribuible a cuestiones de pobreza, marginación y falta de oportunidades.

El diputado Vázquez Aguilar no descubrió el hilo negro cuando señaló que “es una realidad que no todas las niñas, niños y jóvenes que asisten a la escuela concluyen su formación, y quienes lo hacen, no siempre adquieren los aprendizajes esperados”.

Tampoco cuando externó su preocupación porque sólo 14 de cada 100 estudiantes que inician la primaria pueden concluir la universidad, destacando la diferencia de nuestro país con otros que han alcanzado el desarrollo, porque optaron por invertir correctamente en el sector educativo.

Mencionó que de acuerdo con el Consejo nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, 50.6 millones de personas se encuentran en pobreza de patrimonio, es decir, sin ingreso suficiente para cubrir sus necesidades de salud, educación, alimentación, vivienda, vestido y transporte público.

Asimismo, otros 20 millones de mexicanos enfrentan la pobreza alimentaria, toda vez que sus ingresos no les alcanzan para adquirir una canasta básica y 21 millones de niños viven en condiciones de pobreza multidimensional.

Tal pareciera que estos niños nunca tendrán una alternativa viable si no hacemos algo al respecto, agregó el diputado Vázquez Aguilar y propuso crear mecanismos para evaluar al sistema educativo en su conjunto, toda vez que es un requisito indispensable para la toma de decisiones; desarrollar estrategias y fortalecer la calidad de programas y escuelas.

Para apalancar lo anterior, demandó crear programas permanentes de capacitación del magisterio; orientar los planes y programas de estudios, basados en competencias, aumentar la cobertura; mejorar la infraestructura; incorporar la tecnología de la información y comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Total, soñar no cuesta nada. Ante el “trabuco”—el mejor equipo hablando de selecciones mundialistas—propuesto por el diputado, la Secretaría de Educación Pública reactivará los consejos escolares de participación social en 196 mil planteles públicos de preescolar, primaria y secundaria con el propósito de que los padres de familia se involucren en actividades que mejoren el funcionamiento de las escuelas.

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