Opinión

Lo cotidiano con clase

En la actualidad, Estados Unidos, Unión Europea y China, son las naciones que mayormente contribuyen a la contaminación por emisiones de CO2, con más de 17 mil millones de toneladas, esto es, el 35 por ciento de las emisiones globales por año; en tanto que México arroja 1.5 por ciento.

Con base en estos escalofriantes datos y con el propósito de formular una política nacional sobre el tema, proponer programas regionales y locales orientados a reducir los efectos negativos en el campo mexicano, es que el senador del Partido de la Revolución Democrática, Silvano Aureoles Conejo, propone la creación del Instituto Mexicano del Cambio Climático.

La formalización de su propuesta está contenida en una iniciativa turnada a las Comisiones Unidos de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca y de Estudios Legislativos, Primera y en la misma se manifiesta la intención de que dicho organismo se constituuya en una especie de área asesora en los tres órdenes de gobierno en la planeación y programación de las políticas públicas.

También, para evaluar los programas y proyectos gubernamentales, monitorear el cumplimiento de los tratados internacionales sobre el Cambio Climático, así como coordinar proyectos de educación, divulgación, investigación científica y tecnológica en esta materia.

Abundando en las argumentaciones en torno a la mencionada iniciativa que permitiría la creación del Instituto Mexicano de Cambio Climático, el legislador perredista manifestó que las previsiones científicas más recientes proyectan incrementos de las temperaturas promedio globales del aire y de los oceános y de la temperatura promedio global de la tierra, que será de alrededor de 3 grados Celsius, con el consecuente ascenso del nivel del mar de alrededor de 1 metro.

De más está decir que todo ello impactará a las zonas costeras al incrementar su vulnerabilidad ante fenómenos hidrometeorológicos extremos, la humedad en la atmósfera al tiempo que reducirá la humedad en los suelos, propiciando su erosión y disminuirá la disponibilidad y la calidad del agua, con lo que se afectará la productividad agrícola

Otra de las graves consecuencias que se presentan como consecuencia de los grandes efectos de la alteración de los patrones climáticos recaerá en la productividad agrícola y en la producción agroalimentaria, por lo que urge contar con instrumentos que garanticen la producción de alimentos en las diferentes zonas del país.

El senador Aureoles Conejo comentó que con la Cumbre de COP16 2010, que se llevará a cabo a finales de año en Cancún, Quintana Roo, se abren amplias expectativas y, de aprobarse la creación del Instituto, ello permitirá dar un primer paso para que nuestro país se constituya en la punta de lanza en la materia.

Cuanta razón le cabe al legislador del PRD en este sentido, ya que lo que no hagamos los mexicanos por nosotros mismos para contribuir a abatir esos índices tan altos en cuestión de emisión de CO2, nadie lo hará.

Lo ideal sería poder llegar a esa Cumbre con propuestas y, más que eso, con respuestas y compromisos viables que permitan mejorar las condiciones climáticas de México.

La degradación del Medio Ambiente nos puede ganar la carrera y, al final, aunque encontremos responsables o culpables de no haber hecho nada, de nada valdría, ya que el daño será irreversible y los únicos paganos serían los millones de mexicanos sin posibilidades de contar con suficientes alimentos.

Acerca de Pepe Cámara

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