Opinión

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PEPE CAMARA

Aunada a la advertencia de que el uso de lámparas ahorradoras no constituye un peligro en una primera instancia, la Comisión Permanente exhortó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y a sus homólogas a nivel estatal, a promover campañas informativas que conduzcan a un correcto manejo y reciclaje de las mismas.

El dictamen aprobado en sesión ordinaria,  expone que es conveniente realizar acciones con el propósito de que la gente conozca el tratamiento que se debe dar a estas lámparas cuando su vida útil haya concluido.

Los focos ahorradores, contribuyen al cuidado del medio ambiente y a la disminución del gasto del pago de la energía eléctrica, aunque también repercuten en la salud de las personas, al estar constituidos de materiales que pueden ser nocivos si no se tiene un correcto manejo para ser desechados.

Utilizan mercurio que, al encenderse, se gasifica y genera energía ultravioleta que choca en las paredes de cristal del tubo para emitir la luz.

Los legisladores detallan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la exposición al mercurio, incluso en pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida.

Su toxicidad puede afectar los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, pulmones y riñones; y es uno de los diez productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud.

En 2012, la Ciudad de México emprendió, a través de la Secretaría de Medio Ambiente el “Plan Verde”, mediante una serie de pasos que conducen al manejo de residuos de lámparas fluorescentes cuando se quiebren.

Comprende la advertencia de colocarse guantes protectores; cubrirse la boca; conseguir una caja, no una bolsa; recoger los fragmentos grandes y ponerlos en la caja; barrer las astillas y pedazos pequeños con un papel o cartón; limpiar la zona usando un paño húmedo; colocar el paño húmedo en la caja; sellar la caja usando cinta adhesiva; marcar la caja, señalando el contenido; y llevar la caja a un área donde traten los desperdicios.

La Asociación Greenpeace señala que el uso de lámparas ahorradoras en el hogar es seguro, pero cuando se rompe, hay que usar guantes para recoger los residuos; evitar hacerlo con las manos sin protección y, no aspirarlos; colocarlos en una bolsa  sellada, depositándola en la basura junto con otros residuos inorgánicos, y ventilar el área.

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