Opinión

LO COTIDIANO CON CLASE

Pepe Cámara

Conscientes de que no todo lo que brilla tiene que ser ¨presupuesto” en estas fechas, los diputados de la LXIII Legislatura, aprobaron dos dictámenes que reforman la Ley General de Salud, y turnaron al Senado de la República para su trámite correspondiente.

El primero permitirá detectar y atender oportunamente, la displasia o luxación de cadera infantil que en México se presenta en cuatro de cada mil nacimientos.

El otro, procurará que pasantes de medicina que prestan su servicio social, sobre todo en el sector salud institucional, no excedan los ciclos normales de 12 horas, cuando actualmente  llegan, en la mayoría de los casos, hasta las 36 horas.

Los artículos modificados  61, 64 y 87 de la citada Ley, fueron  fundamentados por el presidente de la Comisión de Salud, diputado panista, Elías Octavio Iñiguez Mejía. Sostuvo que la displasia de cadera es una luxación congénita que puede llegar a afectar al 2 por ciento de la población infantil menor a cinco años. Además, un 1.5 por cada mil recién nacidos, principalmente las niñas, pueden padecerla; entre 2013 y 2023, se prevé que aproximadamente 100 mil niñas y niños sufrirán este padecimiento si no se detecta a tiempo.

De ahí que, su diagnóstico oportuno y atención temprana desde antes del nacimiento, el primer mes de edad y a los dos, cuatro, seis, nueve y doce meses, y un  ultrasonido de cadera o radiografía anteroposterior de pelvis, entre el primer y cuarto mes de vida, evitará que miles de infantes, se vean impedidos de caminar o correr correctamente.
De acuerdo con cifras del INEGI, existen 480 mil mexicanos con este padecimiento, especialmente en zonas rurales y de alta marginación, donde se tienen pocas posibilidades de obtener oportunamente este diagnóstico.

El Instituto Internacional de la Displasia de Cadera, considera que aproximadamente 3 de cada mil bebés requerirán tratamiento por inestabilidad en la cadera, y las estadísticas muestran que uno de cada 30 jóvenes mayores de 20 años de edad, requerirán de una prótesis de cadera por diagnóstico no oportuno.

“Hay casos de muchos médicos pasantes, internos y residentes donde se ha elevado el número de los que tienen enfermedades mentales, depresión, y hasta han sido hospitalizados, para que después sigan en la guardia, atendiendo a la población”, se asienta en el otro dictamen aprobado.

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