Opinión

Lo cotidiano con clase

Considerado el mayor recito cultural y monumento artístico de México, el Palacio de Bellas Artes, construido a iniciativa del presidente Porfirio Díaz con motivo del Centenario del inicio de la Independencia de México, cumplió el 29 de septiembre, 78 años de albergar lo más destacado de la música, arquitectura, danza, ópera, teatro y literatura.

En la inauguración, a cargo del presidente Abelardo L. Rodríguez, treinta años después de que el arquitecto Adamo Boari, inició su construcción en 1904, un concierto y una obra teatral marcaron su apertura.

Aquella noche septembrina, la hoy extinta Orquesta Sinfónica de México interpretó el Himno Nacional, y acompañada de los coros del Conservatorio Nacional, estrenó a modo de sinfonía mural, Llamadas, sinfonía proletaria, compuesta por Carlos Chávez.

La ceremonia incluyó la representación de la pieza teatral de Juan Ruiz de Alarcón, La verdad sospechosa, interpretada por la Compañía Dramática del Palacio de Bellas Artes, y desde entonces, salvó un breve tiempo por obras de remodelación en 2010, Bellas Artes ha mantenido abiertas sus puertas para dar cabida a destacados exponentes de la música, danza, teatro, pintura, escultura y literatura.

El edificio cuya altura es de 52 metros hasta la espiral y 42.5 metros hasta el techo, luce un estilo arquitectónico art nouveau y art decó, con mármol blanco en su fachada y mármoles de diversos tonos en el interior; alberga murales pintados por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo y Jorge González Camarena.

En su interior se encuentran las Salas Manuel M. Ponce y Adamo Boari, en honor a su creador; una cafetería, una librería y salas de exposiciones tanto temporales como permanentes.

También ha sido escenario para rendir ceremonias y homenajes en vida o póstumos a los más disímbolos personajes de la cultura nacional. El más reciente fue a Ernesto de la Peña, destacado hombre de letras y políglota mexicano.

Ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, aún costado de la Alameda Central- en proceso de remodelación cuyas obras concluirán próximamente- en el edificio se encuentra la más importante sala de conciertos y ópera del país y es la sede de dos museos, el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura.

Su sala principal, cuyo techo es adornado por una lámpara de cristales en que se representa al dios griego Apolo rodeado de las musas de las artes, cuenta con un escenario de 24 metros de longitud y tiene capacidad para acoger a casi dos mil espectadores.

Allí se han presentado las grandes orquestas del mundo y cantantes de ópera como María Callas, Luciano Pavaroti, Plácido Domingo, pero también intérpretes populares como Lola Beltrán y Juan Gabriel, y la variedad de sus representaciones es un abanico que va desde la música clásica, popular, jazz, danza tradicional al ballet clásico.

Para la reinauguración, 19 de noviembre de 2010; la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Carlos Miguel Prieto, interpreto la Sinfonía india, de Carlos Chávez; el Himno Nacional Mexicano y la Compañía Nacional de Teatro, en homenaje a Ramón López Velarde, dramatizó el poema Suave Patria.

Acerca de Pepe Cámara

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