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Concluyeron los debates oficiales de los cuatro candidatos a la Presidencia de México, y como se esperaba, dicen que ganaron. Festinaron la manera en cómo lograron afectar la imagen de sus adversarios, bajo su óptica partidista dicen haberse posicionado espléndidamente.

Todos se sienten en caballo de hacienda para acceder a la Primera Magistratura. Sus coordinadores de campaña festinan anticipadamente como si ya hubiera pasado la noche del 1 de julio de 2012.

Para ellos, vale apuntar la información más reciente del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, referente al abstencionismo en las elecciones presidenciales que pasó de 23 al 41 por ciento de 1994 a 2009.

Ahí es donde deben voltear a ver los estrategas de los candidatos, si no quieren encontrarse con una amarga verdad este primero de julio que está a la vuelta de la esquina.

A través del documento “Abstencionismo y cultura política en México”, se precisa que con un nivel de 41 por ciento, México se encuentra entre las naciones latinoamericanas con mayor abstencionismo, en este grupo está Colombia (56%) y Honduras (47%).

Se recuerda que para renovar la Cámara de Diputados, entre 1994 y 2009, el abstencionismo pasó de 24 a 55 por ciento y, en las últimas votaciones para gobernador, en las 32 entidades federativas el promedio de abstencionismo fue de 44 por ciento.

Las cifras más altas fueron en Baja California, Chihuahua, Quintana Roo y Tamaulipas, con un rango de entre 55 y 58 por ciento. Los estados con las cifras más bajas fueron Yucatán, Distrito Federal, Campeche, Tlaxcala y Tabasco, registrando entre 30 y 37 por ciento.

La alternancia política ha alentado una mayor participación en las elecciones locales. Entre 2000 y 2011 se registraron trece entidades federativas con alternancia en la gubernatura, en nueve se observó una disminución en el porcentaje de abstencionismo.

La mayor reducción, por arriba de 9 por ciento se observó en Baja California y San Luis Potosí; en entidades sin alternancia, la mayoría incrementó su abstencionismo. En este mismo período se registraron 19 elecciones locales sin alternancia en la gubernatura, observándose en 14 de ellas incrementos en sus niveles de abstencionismo, destacando Guanajuato (pasó de 34 a 43 %), Tamaulipas (de 48 a 55%), Michoacán (de 46 a 51%) y Durango (pasó de 49 a 54%).

Entre los factores individuales, la pobreza y la marginación no parecen tener mayor influencia; la escolaridad alta e ingresos medios; mala evaluación del gobierno; desconfianza y escasa representación atribuida a los partidos; predominio de una visión delegativa de la democracia, que implica dejar a las autoridades toda la responsabilidad de los problemas, son factores que explican en mayor medida el abstencionismo.

Finalmente el CESOP indicó que en las elecciones de 2009 los mayores niveles de abstencionismo se encontraron entre hombres, jóvenes y habitantes de zonas urbanas, se trató de los electores entre 20 y 39 años de edad y los de más de 80 años; hombres, particularmente en el rango de 20 a 39 años; población urbana de 20 a 39 años y de más de 80 años.

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