Opinión

Legislativa ambiental

En el Diario Oficial de la Federación del 24 de diciembre pasado, se publicó el nuevo Reglamento de la Cámara de Diputados. Sustituye, en lo aplicable a este órgano legislativo, al Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, vigente desde 1934. El Senado de la República había construido el propio, entró en vigor el 1 de septiembre anterior. Hasta estas reformas ambas instancias estaban regidas por un solo ordenamiento.

La formulación de esta norma interior de los diputados federales es uno de los acontecimientos relevantes de la actual Legislatura. Es un logro de importancia mayor, un hito en la vida de la Cámara de Diputados. Se debe en buena medida, a la aplicación de la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias, que bien preside Jesús María Rodríguez Hernández, quien puso en juego su disposición a alcanzar un objetivo anunciado al principio de su gestión como representante popular.

La capacidad de convocatoria del legislador queretano quedó demostrada con este logro trascendente en la vida legislativa del país. Habían transcurrido 76 años desde el anterior reglamento y muchas han sido las transformaciones de la Cámara de Diputados para llegar a lo que es hoy: un foro que representa la pluralidad política del país.

Siete grupos parlamentarios conforman el espectro de aspiraciones y propuestas del México del siglo XXI: PRI, con 237 diputados; PAN con 142; PRD con 69; PVEM con 21; PT con 13 y Nueva Alianza con 9. Más un legislador independiente. Ellos tienen en sus manos las tareas de crear, derogar y reformar las leyes que dan cauce a nuestra vida política, social y económica. La responsabilidad de aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación. La de revisar su ejercicio. La de verificar el cumplimiento de las metas y objetivos de los planes y programas de gobierno. La de evaluar el desempeño del gobierno. La de aplicar mecanismos de control a la administración pública.

Es de destacarse la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación y su fiscalización, son facultades exclusivas de la Cámara de Diputados, por ello su posición estratégica en el ejercicio gubernamental y su elevada responsabilidad ante los gobernados. Los representantes populares, lo son de México y no de sus entidades federativas, no pueden fallarle al pueblo. De allí la relevancia del nuevo reglamento cuyo propósito superior es hacer funcionar cabalmente a la Cámara. A la altura de lo que reclaman los tiempos actuales y los de un futuro próximo y distante, en un mundo globalizado.

En la creación del nuevo Reglamento de la Cámara de Diputados no sólo medió la buena disposición de la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias; de su mesa directiva encabezada por Jesús María Rodríguez, sino la del conjunto de grupos parlamentarios. Al interior de cada uno de ellos se analizaron, discutieron las iniciativas presentadas en la materia. En esta legislatura y en anteriores.

El nuevo Reglamento de la Cámara de Diputados es síntesis de experiencia y voluntad de todos los integrantes de la LX Legislatura. Depositaron su confianza en quienes forman la comisión relativa: Jesús María Rodríguez Hernández, presidente; José Antonio Arámbula López y Emiliano Velázquez Esquivel, secretarios, así como sus demás miembros: Julio Castellanos Ramírez, Sami David David, Heliodoro Díaz Escárraga, Luis Felipe Eguía Pérez, Carlos Ezeta Salcedo, Héctor Guevara Ramírez, José Luis Jaime Correa, Rosalina Mazari Espín, Alfonso Navarrete Prida, Carolina Viggiano Austria, Pedro Vázquez González. Todos ellos debidamente asistidos por el secretario técnico de la Comisión, Miguel Rivera Lerma, y un muy calificado grupo de asesores.

Acerca de Ulises Villalba

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