Legislativa ambiental

La diputada Rosi Orozco es una de las legisladoras que honran el cargo. Su actuación en San Lázaro es congruente con su lucha de muchos años, en el muy doloroso delito de la trata de personas. Al escucharla, uno se siente conmovido por los casos que conoce, de manera directa, de este fenómeno que tanto lastima, agravia, a la sociedad, a las familias. A todos cuantos tienen conciencia de que están inmersos en una realidad en la cual el crimen organizado arrebata, de manera creciente, los espacios que nos pertenecen, como personas y como sociedad.

Rosi Orozco subió a la tribuna del pleno de la Cámara de Diputados, con motivo del bicentenario del Decreto de la Abolición de la Esclavitud, donde dijo: “además de la muerte, otra forma en que la persona pierde su vida, es cuando pierde su libertad. Cuando es sometida a condiciones de esclavitud, de manera directa o a través de la trata de personas”.

No hay cosa más triste, dice, que atender a una víctima de este delito. Como activista que es en la lucha contra ese crimen, desde hace años, ha rescatado a niñas cuyos testimonios son dramáticos, del más profundo dolor.

Son casos que entre otros, tiene como denominador común la ignorancia. Otros componentes son una baja autoestima de niños o jóvenes, pobreza, violencia doméstica, marginación, deserción escolar, éstos y otros son propicios al surgimiento de este acontecimiento delictivo.

Sin embargo, hay otro tipo de casos, continúa la diputada Orozco, como el de dos jovencitas, presentado en televisión por Ana María Salazar. Hijas de familias acomodadas, enamoradas por jóvenes que las convencieron de buscar una relación seria, se casaron y una vez desconectadas de sus familias fueron prostituidas.

Existen testimonios de casos en lugares de diversión, frecuentados por personas como podrían ser los hijos de usted, lector amable, o los míos, en zonas lujosas, donde aún ante la presencia de padres hay quienes se ingenian para hacerlos víctima de vejaciones tumultuarias. Las filman pretendiendo hacer creer que ellos participan. Con esas filmaciones los chantajean para integrarlos al circuito de comercio sexual…

Viene a mi memoria una nota leída en el periódico La Jornada, hace algunos años. Una persona acompañó a su hija a uno de los llamados antros en la Ciudad de México. Ella habría de encontrarse allí con amigos. La joven entró al lugar mientras su padre estacionaba el auto. Cuando éste entró, la chica le hizo un gesto de entendimiento. De inmediato se acercó quien le dijo que la chica le coqueteaba. Le ofreció llevarla a su auto para que hiciera con ella cuanto quisiera.

Según estimaciones, la trata de personas genera ingresos a la delincuencia, del orden de los 15 mil millones de dólares anuales, en nuestro país. Desde esta perspectiva, cabe suponer que de la cifra de “desaparecidos”, que según reportan fuentes públicas y privadas, es de entre 30 a 40 mil personas, una gran parte de ellas son víctima de la trata.

El tema da para más, mucho más. Seguiremos en el comentario sobre las tareas de la diputada Rosi Orozco en posteriores entregas porque vale la pena seguir de cerca cuanto hace a favor de la sociedad, de usted y de mí, desde su participación en las actividades legislativas.