Opinión

Las interrogantes del PAN

Los resultados electorales han sido descifrados de diferente manera por los partidos y por el gobierno. El PAN se niega a reconocer el estrepitoso fracaso político fincado en su política de polarización y de negación de la realidad. El PRI parece más preocupado por lo que puede llegar en el 2012 que por hacer frente a la crisis que azota a la República y el PRD vive una más de sus inacabables luchas internas, sin comprender el significado real de su caída en las elecciones. Pero el que podría haber equivocado de peor manera lo sucedido es el gobierno. Justo cuando todo mundo imaginaba un golpe de timón contundente y claro de parte del Presidente Felipe Calderón, lo que se vive es una ola de discursos del titular del Ejecutivo Federal en los que no se acusa recibo alguno del mensaje enviado por los ciudadanos por conducto de las urnas. Para Felipe Calderón el país marcha viento en popa. La caída en la economía es algo “normal” y el futuro no puede ser más alentador. Más aún el Presidente Calderón parece no haber recibido el rechazo expresado por los votantes en torno a la violencia y la guerra contra el narcotráfico.
El eje de las acciones oficiales es el mismo, con los mismos resultados y con el mismo rechazo popular. Así, si el gobierno no ha descifrado lo que aconteció en la pasada votación, ¿cuál es el punto sobre el que se fincan sus determinaciones? Los cambios que se podrían haber supuesto en el gabinete no llegan. Y los que en algunos sectores se comentan, parecen ser simplemente insuficientes. Hay en cambio, una evidente estrategia política del gobierno y sus voceros, para hacer creer a la sociedad que a partir de ahora, todo depende de lo que digan y hagan los priístas, que son la mayoría en la Cámara de Diputados. Y esta es una nueva trampa que simplemente deja ver que el gobierno no entendió las razones de su fracaso en las urnas. El PAN tenía la mayoría en la Cámara de Diputados en la Legislatura que está a unas semanas de concluir. Y los cambios nunca llegaron. Tenía el control del Congreso y el apoyo ciudadano. Y no supo qué hacer con ello. Ahora, cuando el PRI tiene sólo la mayoría en una de las Cámaras en el Congreso, quiere que se crea que todo depende de un partido de oposición. Y entonces ¿qué papel juega el gobierno? En Los Pinos se preocupan más por dañar a los rivales, que por hacer frente a la nueva correlación de fuerzas y lo que ello significa desde el sentir de los ciudadanos. Se quiere evitar la toma de las decisiones y todo se confunde con la lucha de partidos. Así, el gobierno se preocupa más por entronizar a César Nava en la dirección nacional del PAN, que por presentar proyectos y dar cauce a los acuerdos con las oposiciones. El Presidente quiere más doblar a sus rivales en el seno del PAN, que avanzar en las soluciones políticas del país.
El Presidente quiere más tener el control sobre la próxima candidatura presidencial panista que sacar adelante las soluciones a la crisis que todos los días, enfrentan los mexicanos. El resultado electoral no ha sido bien leído por los partidos y el gobierno. Pero los errores más serios se han cometido en el PAN… Por cierto, y para que se entienda mucho mejor el reto que existe en el país, lo que desde el gobierno se evade es una realidad muy severa, pero muy clara. La seguridad es un renglón en el que el fracaso es más que evidente, digan lo que digan los discursos. En economía los números son simplemente dramáticos. El gobierno actual es el de peores resultados en la etapa moderna del país. En lo laboral la tensión es creciente. Y aquí habría que preguntarse ¿cuántos obreros y sus familias acudieron a las urnas para votar en contra del gobierno? En lo político el hecho de que el PAN le dispute abierta y decididamente las decisiones políticas al Presidente es un indicador de debilidad que no puede dejarse de lado y que, una vez que termine la batalla, arrojará el resultado de un panismo fracturado y de acciones contradictorias en el Congreso. Pero lo que reúne todos los ingrediente para dejar en claro el tamaño de la problemática es el hecho de que, de acuerdo a las cifras de los organismos oficiales encargados de estos datos, la quinta parte de la población no puede cubrir sus gastos alimentarios ni dedicando a ello todos sus ingresos. Esto además del crecimiento del número de pobres en los pasados dos años, no sólo pone a la vista el fracaso de un programa de gobierno, sino algo mucho más delicado que es la incapacidad en la administración federal para resolver las demandas nacionales. Aquí, en estos datos simples, pero brutales, se encuentra la razón del fracaso electoral del gobierno y el PAN. Y por supuesto, la razón de todas y cada una de las críticas, crecientes y descarnadas, que se han desatado en contra del equipo que acompaña a Felipe Calderón.

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