Opinión

La mentira ante todo, lodo y narcotráfico en la política

Ernesto Zedillo

Si la política es un “cochinero” o un “muladar”, en México reclama otros calificativos, visto el lugar al que ha sido llevada por tecnócratas y “políticos del cambio”. Con el viejo PRI había descendido, pero al menos se respetaba la ideología y algunos principios de orden.
Sin embargo, llegaron Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo, con quienes comenzó el declive de México. Mucho peor le ha ido a la república con Vicente Fox y Calderón, responsables de la última década perdida.
Zedillo hizo cuanto pudo para entregar el poder a la derecha y ésta ha sido incapaz de gobernar. Se basa en la mentira corriente, a través de medios comprometidos, capaces estos de soslayar los 45 mil muertos en 10 años, sin el menor respeto a la vida humana. Mienten en todo, al punto de afirmar que la brutal inseguridad no afecta al turismo nacional e internacional.

Frente a avances de América Latina, México ha caído al lugar más profundo de su historia y sobre tantas miserias se aferra el calderonismo al poder y prefiere entregarlo a López Obrador –es capaz– y evitar el retorno del PRI.

Ha llegado tan lejos el presidente Calderón que inclinó al PAN ante los fracturados organismos de Izquierda, en Oaxaca, Puebla, y Sinaloa. Pero lo de Guerrero es una maldición. Como el PAN no tiene más de 7% de electores en ese estado, obligó a su candidato, Marcos Efrén Parra, a declinar a favor de Ángel Aguirre Rivero, quien todavía es senador del PRI y dio el salto de trapecio para ser postulado por el PRD, PT y Convergencia.

Marcos Efrén Parra quería llegar a la final, aún con la derrota a acuestas, pero de Los Pinos llegó la orden de su declinación y hubo de agacharse.

Eso mismo puede suceder en el Estado de México y en la sucesión presidencial, si el PAN no puede ganar por sí mismo, podría pedir a los blanquiazules que voten por el PRD.

En esa guerra hedionda, al candidato priísta de Guerrero, Manuel Añorve, se le acusó de recibir 15 millones de dólares. La maniobra fue hecha cuatro días antes de las elecciones por conducto de la PGR, que se basó en el dicho de un “testigo protegido” para dirigir el golpe a través del periódico “Reforma”.

A eso estamos expuestos: A que mediante el dicho de un falso testigo sea bañado de lodo cualquiera, tachándolo de tener nexos con el narcotráfico.

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