Opinión

Josefina: tenaz y aguerrida

La candidata panista a la presidencia de la República marca un hito en la historia política de México. No es la primera mujer que aspira al cargo; la precedieron Cecilia Soto, Rosario Ibarra y Patricia Mercado. Pero sí es una propuesta con la calidad y capacidad necesarias para contender. Como que aparece en las encuestas en el segundo lugar de las preferencias. Si bien a una distancia promedio de 15 puntos con respecto al posicionado en primer lugar, en el transcurso de la campaña la distancia pudiera acortarse.

Josefina posee vocación, conocimientos, experiencia, voluntad, mucha voluntad, para hacer de ella una candidata competitiva.

Ha sabido superar escollos para llegar a donde está. El más duro, la voluntad de quien tiene en mando real en su partido. Quien en ejercicio de facultades omnímodas, cuando los procedimientos han evolucionado, decidió llevar a la presidencia de su organización política, primero a Germán Martínez Cázares, y después a César Nava, para culminar con Gustavo Madero. Los dos primeros hechos a su imagen y a cuya actitud rijosa se deben, en buena medida, los fracasos electorales que ha sufrido durante su mandato.

No es secreto que la decisión de quien tiene el poder real en el partido azul, estaba a favor de otro personaje. Lo dijo claramente Juan José Rodríguez Prats en una emisión de “El mañanero”, programa de información y análisis de Brozo (Víctor Trujillo que de payaso nada tiene sino todo lo contrario): las acciones están a favor del cordero del cencerro. Tal vez por semejante osadía Juan José fue apartado de la posibilidad de volver al Palacio Legislativo de San Lázaro. Lo extrañaremos.

A Josefina se le ofrecía la candidatura al gobierno del Estado de México. Con la presencia de ánimo que le acompaña cotidianamente, declinó. Habría sido mejor opción que Luis Felipe Bravo Mena, propuesta emergente ante la falta de acuerdo con el PRD para postular a un abanderado común. Y no es que a don Felipe le falten cualidades. Simplemente, la ex secretaria de Educación Pública las tiene en mayor medida.

Secretaria de Educación Pública, trató de manejar el ramo de una manera diferente, con el propósito de mejorar la calidad educativa. No pudo. Acuerdos entre la cúpula sindical y el titular del ejecutivo, celebrados en el transcurso de la campaña electoral 2006, suficientemente documentados, lo impidieron. Forzaron su salida de la dependencia.

Su llegada a la Cámara de Diputados y la coordinación del grupo parlamentario del PAN le ofreció nuevos escenarios. Su desempeño fue acorde con las necesidades de la tarea legislativa, tan poco entendida por el común de personas y tan denostada por interesados en disminuir las capacidades de gobierno del poder legislativo. Josefina tuvo que resistir la maledicencia del “cordero del cencerro” quien la acusó de ser poco eficaz en las negociaciones para sacar adelante la propuesta presupuestal del poder ejecutivo, propuesta construida por él.

Josefina ha salido adelante, ha superado escollos, lo dijimos antes, y aplicando su tenacidad característica va adelante en sus propósitos de llegar a la presidencia de la República. En su camino exhibe una alegría que se le reconoce. Si bien en su equipo de estrategas, operadores y de logística pareciera haber diferencias, con su esfuerzo las supera y avanza.

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