Opinión

Herida de muerte; la Tierra

Luis Enrique Velasco

La abundante biodiversidad planetaria disminuyó 6 por ciento del 2014 al 2016 y un 58 por ciento de 1970 al 2012 y de hecho se traspasaron 5 umbrales. Todo ello hace peligrar la vida según la conocemos. Además el daño humano es tan grande que se asegura que se vive una nueva era geológica, denominado antropoceno.

Se pierde la biodiversidad y el mundo natural y los sistemas que sostienen la vida, por lo que colapsarán. Por lo tanto no debe olvidarse que se depende de la naturaleza para conservar el aire que se respira, el agua que se bebe, los alimentos y materiales que se usan, la economía que se tiene y lo que preserva la salud.

Durante décadas, científicos advirtieron que las acciones humanas están empujando la vida a una sexta extinción masiva. Las pruebas del Informe Planeta Vivo de este año respaldan estas advertencias. Las poblaciones de vida silvestre han sufrido un declive preocupante que, para el final de la década, podría ser de 67 por ciento, en promedio. La degradación ambiental continúa creciendo.

De acuerdo con el Índice Planeta Vivo que mide la biodiversidad recopilando datos de varias especies de vertebrados y calculando el promedio en que cambia la abundancia con el paso del tiempo. Este IPV puede compararse al índice bursátil, salvo porque, en lugar de monitorear la economía mundial, es un indicador importante de la condición ecológica del planeta.

De tal suerte que el índice en cuestión se basa en información científica procedente del monitoreo de 14,152 poblaciones de 3,706 especies de vertebrados (mamíferos, aves, peces, anfibios, reptiles) de todo el mundo. En promedio, el tamaño de las poblaciones de las especies de vertebrados disminuyó más de la mitad en algo más de 40 años. Los datos dan cuenta de un declive anual de 2 por ciento, en promedio, y aún no hay señales de que esta tasa esté disminuyendo.

De acuerdo con el Fondo Mundial de la Naturaleza que se encargado de llevar a cabo este estudio de campo y publicarlo cada dos años, la base de datos del IPV crece todo el tiempo y con cada Índice Planeta Vivo se dispone de una base de datos más amplia para realizar análisis. Desde el último informe, se añadieron 668 especies y 3,772 poblaciones nuevas a la base de datos.

La WWF destaca que por el momento, la base está restringida a las poblaciones de las especies vertebrados y que se trabaja intensamente para  desarrollar métodos para incorporar los invertebrados y plantas que son más numerosas.

AMENAZAS

Si las poblaciones están en peligro o no, depende de la resiliencia de las especies, la localización y el carácter de las amenazas. El IPV cuenta con información sobre las amenazas que afectan a cerca de un tercio de las poblaciones (3.776). Más de la mitad (1.981) están disminuyendo. La amenaza más común contra las poblaciones menguantes es la desaparición y degradación del hábitat.

La degradación y pérdida del hábitat se refiere a la modificación del entorno en que viven las especies, bien sea porque se elimina por completo, se fragmenta o disminuye la calidad de las características clave. Las causas más comunes son la agricultura insostenible, tala, transporte, desarrollo residencial y comercial, producción energética y minería.

Las amenazas habituales contra los hábitats de agua dulce son la fragmentación de ríos y arroyos, así como la extracción. Sobreexplotación de especies es directas e indirectas. La primera comprende la caza insostenible, caza furtiva y recolección, bien sea para la subsistencia o el comercio. La segunda se produce cuando se mata sin intención a especies que no son objetivo de la búsqueda, como sucede con la captura incidental de pesquerías.

La contaminación afecta directamente a especies cuando convierte el entorno en un medio inadecuado para su supervivencia (esto es lo que sucede, por ejemplo, cuando hay un derrame de petróleo). También puede amenazar a especies de manera indirecta, cuando afecta su reproducción o la disponibilidad de alimentos y, en consecuencia, las cifras de la población decrecen con el paso del tiempo.

Especies invasoras pueden competir con las nativas por espacio, alimentos y otros recursos. Pueden convertirse en predadoras para las especies nativas o diseminar enfermedades que antes no existían en el entorno. Los seres humanos también transportan nuevas enfermedades de un sitio a otro del planeta.

Y sobre la amenaza del Cambio climático, hay que poner en relieve que a medida que cambie la temperatura, algunas especies deben adaptarse modificando sus rangos para identificar los climas apropiados. Los efectos de este fenómeno sobre especies suelen ser indirectos. Los cambios en las temperaturas crean confusión respecto a las señales que inauguran los fenómenos estacionales, como la migración y la reproducción, y desencadenarlos cuando no corresponde (por ejemplo, en un hábitat determinado podrían desfasarse la reproducción y el periodo de mayor disponibilidad de alimentos).

LÍMITES PLANETARIOS

El marco de los Límites Planetarios es un ejemplo de la perspectiva de un sistema de la Tierra. Ilustra cómo los patrones mundiales de consumo y producción ponen en mayor peligro los sistemas natural y humano. La base de los Límites Planetarios está constituida por 9 alteraciones del funcionamiento del sistema de la Tierra provocadas por los seres humanos.

Helas aquí:

1.-Integridad de la biósfera (o destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad)

2.-Cambio climático

3.-Aacidificación del océano

4.-Cambio del uso de la tierra

5.-Uso insostenible del agua dulce

6.-Perturbación de los flujos biogeoquímicos (aportes de nitrógeno y fósforo a la biósfera)

7.-Alteración de los aerosoles atmosféricos

8.-Contaminación generada por sustancias nuevas

9.-Agotamiento del ozono de la estratósfera.

Con base en nuestro conocimiento cada vez mayor del funcionamiento y la resiliencia del ecosistema global, el marco de los Límites Planetarios establece límites seguros para el funcionamiento de estos subsistemas esenciales de la Tierra. Si las sociedades humanas actúan en los espacios operativos definidos como seguros, pueden desarrollarse y prosperar.

Cuando forzamos esos límites, nos arriesgamos a provocar cambios irreversibles en los recursos de los que dependemos. Aunque existe cierto grado de incertidumbre científica sobre los efectos biofísicos y sociales de transgredir los límites, los análisis actuales indican que los seres humanos ya llevaron a 4 de esos sistemas a sobrepasar su espacio operativo seguro.

Es más que evidente que la actividad humana generó impactos globales y sus respectivos riesgos en el cambio climático, integridad de la biósfera, flujos biogeoquímicos y en cambio del sistema de la tierra. Otras evaluaciones señalan que el uso del agua dulce también traspasó el umbral seguro.

AMENAZAS TERRESTRES

A partir de la frecuencia del tipo de amenaza contra 703 poblaciones de especies terrestres decrecientes, la base de datos del IPV da cuenta de 1,281 amenazas registradas. Se han registrado hasta tres amenazas contra cada población, de modo que el número total de amenazas registradas supera el número de poblaciones, asevera la WWF/ZSL, 2016.

AMENAZAS ACUÍCOLAS

A partir de la frecuencia del tipo de amenaza contra 449 poblaciones de especies de agua dulce decrecientes, la base de datos del IPV da cuenta de 781 amenazas registradas. Se han registrado hasta tres amenazas contra cada población, de modo que la cifra total de amenazas registradas es mayor que

la cifra de las poblaciones: WWF/ZSL, 2016.

AMENAZAS MARINAS

A partir de la frecuencia del tipo de amenaza contra 829 poblaciones de especies marinas decrecientes, la base de datos del IPV da cuenta de 1,155 amenazas registradas. Se registraron hasta tres amenazas contra cada población, por lo que el número total de amenazas registradas excede el

número de poblaciones: WWF/ZSL, 2016).

+EL IPV TERRESTRE REVELA QUE LAS POBLACIONES DISMINUYERON 38 POR CIENTO ENTRE 1970 Y 2012.

+EL IPV DE AGUA DULCE MUESTRA QUE, ENTRE 1970 Y 2012, LAS POBLACIONES MONITOREADAS SUFRIERON UNA DISMINUCIÓN TOTAL DE 81 POR CIENTO, EN PROMEDIO.

+EL IPV MARINO MUESTRA UNA DISMINUCIÓN TOTAL DE 36 POR CIENTO, ENTRE 1970 Y 2012.

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