Opinión

Gobierno: tres poderes… tres órdenes

* Nuestros productores de jitomate, sinaloenses, compiten con ventaja con los de Florida. Igual ocurre con los naranjeros de Veracruz y de Nuevo León; los aguacateros de Michoacán no tienen parangón allende la frontera norte ¿Es así mi querido amigo Norberto Mora Plancarte? Político de tan grato recuerdo, diputado federal y senador en varias legislaturas y también orgulloso productor de la fruta. Y qué decir de los ajos de otro amable legislador y funcionario, guanajuatense, don Javier Usabiaga. Esto viene a mi reflexión ante la aparición del mercado de la mariguana en los estados de Washington y Colorado en la Unión Americana. Ahora con “fines recreativos” porque antes eran con propósitos terapéuticos, en California. ¿Podrán competir los californianos con productores de Guerrero y de Michoacán? No, se me hace. Bueno, será siempre y cuando la normatividad mexicana lo permita.

* Reunión del Presidente Enrique Peña Nieto con diputados priístas para presentarles su propuesta de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para aumentar y fortalecer las atribuciones de la Secretaría de Gobernación; ¿crear una mega secretaría? No, solamente devolver a la dependencia funciones que tuvo antes de malhadadas modificaciones en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Conocer y convenir lo necesario para desaparecer las secretarías de Seguridad Pública y de la Función Pública, la primera para subsumir facultades en la SEGOB y la segunda para ser sustituida por una Comisión Anticorrupción con creciente presencia ciudadana con capacidad de decisión en un universo más amplio, acaso abarque los tres órdenes de gobierno, obligado sin duda. Encuentro del presidente electo con legisladores de su partido, la cercanía ya había sido advertida por el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, quien tan buenas cuentas presenta, como por el propio Enrique Peña Nieto. El cumplimiento de compromisos se va haciendo presente cada vez más.

* Asiste el aún Presidente Felipe Calderón Hinojosa a la Cumbre Iberoamericana a celebrarse en Cádiz, cuna de la Constitución de su nombre, fallida por extemporánea. El trato de la metrópoli, centro de los territorios donde “jamás se ponía el sol”, a sus colonias, debió haber sido distinto, debió haber conducido a la construcción de una gran nación. Pudo ser, pero no fue. Si de la historia recogiéramos sus más caras lecciones, tal vez estaríamos en camino de contemplar el nacimiento de una Unión de América del Norte. Algo similar a la Europea. Pero no, arrogancias raciales de quienes se sienten superiores, por distintos e iluminados, no lo permitirán. “La enchilada” completa no es posible. Bueno, por lo menos los Romney, ni las Palin, ni los Wallace, ni los Ross Perot, han llegado a gobernar la cabeza del Imperio.

* Las intolerancias de cualquier tipo y de cualquier signo sólo podrán ser superadas por una mejor educación, una educación en la que estén involucradas las autoridades del sector: federales, locales y municipales; los legisladores; los administradores de justicia. Pero también los actores de los programas relativos, los estudiantes y los docentes. Más aún los padres de familia. Las comunidades todas. Si la formación de unos y otros, la de todos ellos, no se cumple a cabalidad, el propósito no habrá de lograrse. Así, seguirán ocurriendo fenómenos que afectan la calidad educativa como los de Nueva Jerusalem, en Michoacán; de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México en los que unos repudian a la rectora y otros la defienden, con supuesta intervención a favor de uno de los bandos del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard; enfrentamientos entre estudiantes de enseñanza media en la capital de la República, como los del CETIS 13, de la Ciudadela; conflictos de grupos sindicales del SNTE y de la CNTE en estados como Michoacán y Oaxaca.

* Vienen a mi recuerdo palabras de Enrique González Pedrero, autor del libro El gran viraje cuando era director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, lo escuché porque yo estudiaba en ella, corría el año de 1966: mientras estudiantes de las escuelas públicas se ocupan en movimientos sociales, los alumnos de las instituciones privadas se aplican en su preparación. Tenía razón quien fue mi maestro de “Historia de las doctrinas políticas”: egresados del ITAM, de la Ibero, del Tec de Monterrey, ocupan mayoritariamente cargos de dirección en las instituciones públicas y privadas del México de ahora. Cuándo hubiera imaginado don Diódoro Carrasco, líder campesino oaxaqueño priísta, de quien tuve el privilegio de su amistad, ver a su hijo Diódoro Carrasco, egresado del ITAM, formando entre los legisladores del PAN.

Acerca de Hector Villar Barranca

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