Opinión

Fox contra Calderón

Justo en el momento en que Felipe Calderón intenta alcanzar algo de unidad que le dé soporte al gobierno en la lucha en contra del narcotráfico, la batalla hacia el interior del PAN se recrudece y sus efectos alcanzan todos los frentes políticos en los que el gobierno se encuentra enfrascado. Así, en el terreno de la lucha contra las drogas, Felipe Calderón pide apoyo, critica las posturas partidistas y busca evadir responsabilidades ante el evidente fracaso de la estrategia seguida en los pasados casi cuatro años de gobierno. Pero para que ello no se logre, aparece Vicente Fox con demandas que poco tienen de serias, pero mucho de ataque. El señor Fox demanda legalizar drogas, cuestiona la ola de violencia que azota a la República y remarca la gravedad de los niveles de inseguridad que se registran en esta administración. Ante semejante posición, el gobierno responde que en los pasados años, no se detuvo a ninguno de los grandes delincuentes ligados a los cárteles de la droga. Y el propio Felipe Calderón establece que “si hubiera actuado a tiempo” el gobierno del señor Fox, el país no tendría el problema que hoy enfrenta. Y es aquí en donde todo el discurso oficial de los pasados diez años se viene por tierra. Si en verdad Vicente Fox no hizo lo que tenía que hacer, ¿cómo es que Felipe Calderón no lo puso de manifiesto apenas iniciada su gestión? Y si la pasada administración no trabajó de acuerdo a su responsabilidad ¿debido a qué Felipe Calderon puso al frente del combate a las drogas a los mismos que con Fox nada habían hecho? Sea como sea, el discurso oficial del foxismo se queda sin sustento. Aquello de que “como nunca en la historia del país” se combatió al narcotráfico y las afirmaciones de los “grandes éxitos” alcanzados en ese renglón son ahora sólo parte de los muchos discursos con que se quiso llenar el vacío administrativo de esos años. Pero al no hacer nada sobre este punto, y al no colocar las cosas en claro, Felipe Calderón le extendió una carta de impunidad a Vicente Fox y a todo su equipo. No es posible aceptar que elementos como Genaro García Luna, al momento en que se hacían afirmaciones sobre los grandes logros, se quedara callado para cosechar los elogios, a sabiendas de que nada se hacía. Y para colmo, la afirmación de que nada se hizo en los pasados treinta años, pierde soporte cuando se recuerda que en la última administración priísta se puso en prisión a Joaquín “el Chapo” Guzmán, sólo para que la administración de Vicente Fox fuera el marco de su aún no aclarada fuga. Pero el problema es más serio. La confrontación entre Felipe Calderón y Vicente Fox no es otra cosa que la lucha por el control del PAN. Y ante la ausencia de Diego Fernández de Cevallos, el grupo de Vicente Fox se lanza a la batalla con la figura del señor Fox. La batalla tiene ya en su listado, la expulsión de Manuel Espino, que deberá ponerse en marcha en cualquier momento. Y por ello la actuación foxista. Las cosas se descomponen aún más, cuando en esa batalla, el accionar del gobierno para alcanzar la unidad en la estrategia en el combate contra las drogas, tiene como punto central la imagen del gobierno para fortalecer el control de Acción Nacional. Así, los discursos del Presidente Calderón en torno al gran problema nacional, tiene el añadido nada atractivo, de la lucha intestina entre los panistas. Y en esa lucha, con los primeros intercambios de golpes, lo que salta a la vista es que Vicente Fox dijo muchas mentiras y que Felipe Calderón no lo denunció. Así, los gobiernos del PAN quedan como manipuladores en el mejor de los casos. Y eso es sólo el inicio… Pero los problemas para el gobierno existen en todos los frentes. Juan Molinar Horcasitas, titular de Comunicaciones, se presentó ante legisladores para responder de las muchas acciones que tanto han molestado a sectores de todo tipo en el país. Y con calificativos de “asesino” y “corrupto” a cuestas, al término de la reunión lo único que fue capaz de acreditar es que su cargo es más importante que cualquier otra cosa. Y que para mantenerse en esa posición hará lo que sea y aceptará cualquier cosa… No debe perderse de vista el discurso del rector de la UNAM. Su posición no es nueva, pero no por ello deja de ser interesante. El rector universitario habla de un nuevo proyecto de nación, de un replanteamiento de las prioridades nacionales y del reto que significa que el proyecto revolucionario se encuentre inconcluso. Y por supuesto, del error que significa no invertir en educación. No se requiere de mucho para entender que la UNAM habla de un programa de gobierno. Y se requiere de mucho menos, para entender que ese proyecto tiene un abanderado. Y todo mundo sabe quién es.

Acerca de Norberto de Aquino

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