Opinión

En la línea

Oscar García Montoya

El narcotráfico invade al Valle de México,  por más que el jefe de Gobierno del DF,  Marcelo Ebrard, haya insistido que su policía judicial y la preventiva impiden el arribo de la delincuencia organizada. Los cárteles de los Beltrán Leyva y la Familia Michoacana han operado durante seis años en los municipios conurbados, principalmente Naucalpan, Huixquilucan, Tlalnepantla, Atizapán. Despúes incursionaron en el DF. Tras la muerte de “El Barbas” Arturo Beltrán Leyva y los capturados “La Barbie” y “El Indio”, que ya operaban en los alrededores de la capital del país como Cuajimalpa, Tlalpan e Iztapalapa, surgió “La Mano con Ojos”, dirigida por Oscar García Montoya, “El Compayito”.

Este individuo fue cabo en la Secretaría de Marina y, según su confesión ministerial, reconoce que mató a 300 personas y ordenó la muerte de otras 300. No se trata de una habladuría, afirman autoridades del Estado de México, pues se trata de un matón desalmado. Entre otros crímenes, García Montoya confiesa los cinco cometidos en agravio de la familia Sánchez Pérez en Santo Tomás Ajusco, Tlalpan, sin que la policía capitalina esclareciera quiénes fueron los autores. Sobre el desempeño de los narcotraficantes en el Distrito Federal y en el Estado de México, las policías federales, de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Federal no parecen interesadas. Incluso el Presidente Felipe Calderón comentó que no participaron en el arresto de “El Compayito”. Es por ello que la Procuraduría General de Justicia mexiquense, cuyo titular es Alfredo Castillo, se esmera por combatir al hampa de las drogas, sin ser una labor de su competencia, como lo indica la Constitución de la República.

Al ser interrogado por el procurador del Edomex, el líder de “La Mano con Ojos” le espetó: “Yo lo miraba a usted –en los periódicos- y se la mentaba, te soy sincero, porque yo traigo ese coraje con usted”. También le dijo: “Te hubiera matado, te hubiera encontrado y te hubiera hecho pedazos, de cabrones y de huevos te lo digo…te iba a mandar un video, pero no me dejaste…ya en el video tu ibas a ver cómo los estaba ejecutando, porque yo los iba a ejecutar directamente…” Así proceden los narcotraficantes. Cometen espeluznantes asesinatos y nada los contiene. Hoy sabemos quiénes son nuestros nuevos vecinos en el Valle de México. Porque “La Mano con Ojos” no se ha acabado y lo comprueba el asesinato de Francisco Antonio “El Chimuelo”, cuyo cadáver fue decapitado y colgado de los pies en un paso a desnivel de Interlomas, frente al Hospital Ángeles.“El Chimuelo” fue uno de los seis que recomendó “El Compayito” para ser ultimados, lo cual advierte que andan libres muchos de la misma banda. Es el hampa interminable. Si cae uno de los jefes se erigen dos o tres.

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