Opinión

El buzón: Panistas soberbios

En días pasados se llevó a cabo la vinauguración de la nueva sede del PAN en el estado de México, estuvieron presentes el líder nacional de ese partido, Gustavo Madero, la secretaria general, Cecilia Romero, y el dirigente estatal Octavio Germán, así como cientos de panistas de base que acudieron para convivir con los liderazgos de ese partido.
Octavio Germán aprovechó el momento para decir que la vida política en la entidad no es nada sencilla y calificó de corrupto y de tener nexos con el crimen organizado al PRI mexiquense, especialmente el grupo Atlacomulco.

Por su parte, Gustavo Madero señaló que se han tenido que enfrentar a lo peor del PRI, el cual en el Estado de México no ha permitido la alternancia del poder en 85 años. Sostuvo que ganan las elecciones a billetazos y que llevan lo corrupto en su ADN. En fin que pierden los comicios porque los priístas son de lo peor; sin embargo, les faltó reconocer que la soberbia de los panistas, comenzando por las dirigencias nacional y estatal, es otro ingrediente que contribuye para que hoy sean la tercera fuerza política a nivel nacional. Para muestra un botón, el día de la inauguración, lanzaron sus discursos incendiarios en busca del aplauso de sus militantes y para lavar sus torpezas, posteriormente Gustavo Madero, Octavio Germán y Cecilia Romero, ofrecieron una conferencia de prensa, curiosamente moderada por un fotógrafo del área de prensa.

Liberados del compromiso y cuando los cientos de panistas de base esperaban que en un gesto de camaradería y humildad acudieran a saludarlos al salón donde convivían, resultó que su soberbia y desprecio por la gente se impuso una vez más. Los liderazgos del PAN armaron su propia fiesta, se rodearon de diputados locales, de añejos ex líderes estatales y se encerraron en sus oficinas para degustar del tequila y las tostadas de tinga, parte del menú. Así, se olvidaron de esos panistas que en tiempo de elecciones son movilizados para que ellos accedan al poder.

Posiblemente tengan razón en cuanto a que el PRI lleva lo corrupto en su sangre, en su ADN, pero el PAN lleva la soberbia, lo oportunista e incapaz y eso pesa más entre la población y el electorado. Mucho se ha comentado sobre el derroche del dinero que hizo el PRI en las pasadas elecciones con el fin de llevar al mexiquense Enrique Peña al triunfo, así como también el endeudamiento y la quiebra financiera de una gran cantidad de municipios mexiquenses. Recientemente el líder de los panistas en el Congreso local, Ulises Ruiz, alertó sobre el riesgo de una parálisis general en los 125 municipios, por falta de recursos. Según Ulises el destino de tales dineros públicos pudo haber sido la campaña de Peña Nieto.

Lo cierto es que hoy decenas de gobiernos locales se han desentendido de sus obligaciones, como es la seguridad y los servicios públicos básicos. El descontento entre la población va en aumento.

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