Opinión

Con Gordillo en el PRI y el apoyo de los petroleros, Peña se consolida

Elba Esther Gordillo

Hubo quienes abrieron los ojos de este tamaño porque la profesora Elba Esther Gordillo reaparece en eventos del PRI. Se le vio sonriente, como en familia, al lado del gobernador Enrique Peña Nieto, en el último informe del hidalguense, Miguel Ángel Osorio Chong.

Es en exceso sabido que Gordillo fue factor fundamental en las elecciones del 2006, las cuales ganó Felipe Calderón con su medio punto porcentual. Sin los votos de profesores y trabajadores administrativos del SNTE, -más de un millón 200 mil-, el hoy primer mandatario no habría triunfado.

Calderón fue muy magnánimo con Gordillo. En el reparto de parcelas la recompensó con la Lotería Nacional –ahora en quiebra-, el ISSSTE y la subsecretaría de Educación Básica de la SEP, donde maneja cuantioso presupuesto el yerno de la controvertida “maestra”, Fernando González Sánchez.

Al principio del sexenio veíamos a Gordillo en actitudes de indeferencia y miradas de desprecio a la primera titular de Educación Pública de este sexenio, Josefina Vásquez Mota, quien al parecer fue despedida por no tener buena relación con la propietaria del SNTE. También es dueña del partido conocido como el Panal.

A la llegada a esa dependencia del actual titular de la SEP, Alonso Lujambio, a éste se le vio solícito con la “maestra” y se pensó que ella lo impulsaría para la próxima candidatura presidencial panista.

Algo importante sucedió entre Gordillo y el calderonismo, lo cual no ha trascendido, porque ella dejó de aparecer al lado del Presidente Calderón y de Lujambio. También terminaron las constantes visitas de la líder vitalicia de los maestros a Los Pinos.

Lo anterior coincidió con la solicitud de licencia a la Dirección General del ISSSTE del ex priísta Miguel Ángel Yunes, para ser nominado con la camiseta del PAN al gobierno del Veracruz, donde llevó a cabo una campaña de gritos estridentes y fue derrotado.

Mucha gente creyó que Yunes, ya afiliado a Acción Nacional, sería reincorporado al ISSSTE, pero no ha sucedido. Se cree que él mismo filtró la versión de que arribaría a la Dirección General de Pemex, lo cual tampoco ocurre.
Tras los comicios de Veracruz, Gordillo se vio distante del calderonismo y ha sido muy insistente la versión de que ella influyó para que su amigo, el coahuilense Humberto Moreira, fuese el nuevo presidente del PRI.

Ha de ser cierto porque, a partir del encumbramiento de Moreira, la profesora volvió a los eventos priístas, a sentirse como en su casa. El lunes pasado fue colocada en primera fila al lado del gobernador Enrique Peña Nieto, durante el último Informe de Osorio Chong.

Ese evento, como el de la toma de posesión de Moreira en Querétaro, fue tumultuario y así ofrece pruebas el priísmo de que viene en pos de todas las canicas, frente a los desangelados dirigentes del PAN y PRD, incapaces de encontrar a un candidato para su cacareada alianza en el Estado de México.

No se puede decir que con Gordillo de retorno al PRI, este partido vuelva a ser invencible, pero puede ganar debido a la fuerza del SNTE, y porque el sindicato de los petroleros participa decididamente con el partido tricolor, puesto que el líder Carlos Romero Deschamps es firme partidario de Peña Nieto.

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