Opinión

Cambios en el gabinete para el 2012

Al inicio de año nos permite adivinar que, discursos aparte, la problemática se mantiene en los mismos niveles y que, además, ahora habrá que hacerle frente a la estrategia oficial que pretende esquivar cualquier responsabilidad ante la creciente ola de aumentos en todos los frentes. Así, el combate al narcotráfico, por más capturas que se anuncian, aparece como un desastre real. Las casi dos decenas de miles de muertos en lo que va del sexenio son la demostración de que la guerra no marcha de acuerdo a los objetivos del gobierno. Por supuesto, la idea de fondo es hacer parecer que todo el problema “viene del pasado” y que pudo haber sido peor la situación, si no se hubiera actuado como se ha hecho. Y esto es mentira. El gobierno actual desató su guerra contra el narcotráfico apenas iniciada su gestión. Y ello a pesar de que Vicente Fox presumió hasta el último momento, sus “grandes éxitos” en esta lucha. Habrá que recordar además, que Felipe Calderón colocó al frente del combate a la delincuencia, a los mismos que habían fracasado con Vicente Fox. En el terreno de la economía, el gobierno busca con la misma receta, evadir culpas. Y así, la “crisis vino de fuera” y con ello se esquivan responsabilidades. Pero se olvida el gobierno de todos sus discursos justo cuando todo mundo hablaba de la llegada de la crisis. De esta manera, no se recuerda que el gobierno presumió tener uno de los mejores equipos económicos del mundo y que el problema no pasaría de ser un “catarrito” para México. Ahora. Se habla de recuperación, pero no se habla de todo lo que se ha perdido. De nueva cuenta la falta de claridad y de información. Del mismo modo, el inicio del año nos pinta con toda precisión el hecho de que el objetivo central del gobierno no es responder a las demandas de la sociedad, sino el tratar de ganar las elecciones. Y como en julio próximo se disputarán más de una decena de gubernaturas, el gobierno se prepara para, con el peso del poder en las manos, atacar a sus rivales políticos. Así, los funcionarios federales viajan al interior del país para hacer trabajo partidista, para respaldar candidaturas y para buscar dañar a los grupos políticos opositores. Justo lo que el PAN siempre criticó en el PRI. Justo todo lo que se calificó como nocivo para el avance en el país. En tanto todo esto sucede, el gobierno ajusta su estructura. Y los cambios que se realizan no son para colocar a los hombres adecuados en los puestos clava. No, son para ubicar a los incondicionales. Y todo con la mira puesta en las elecciones de este año. De esta manera, el inicio del año no significa un nuevo panorama. Las cosas no mejoraron. Y dentro de poco, podríamos estar ante un escenario más complejo… Justo cuando el Presidente Calderón se reunía con el cuerpo diplomático y les ordenaba luchar por cambiar la imagen de violencia que se tiene en todo el mundo de nuestro país, en México los representantes de las grandes organizaciones mundiales de obreros, especialmente los ligados al acero, celebraron un encuentro para analizar las condiciones de los agrupaciones obreras nacionales. Y las conclusiones no fueron para nada alentadoras para el gobierno. Las conclusiones en síntesis, dejan ver que el gobierno de Felipe Calderón no respeta los derechos de los trabajadores, y que además, se dedica a perseguir agrupaciones y líderes que no están de acuerdo con sus estrategias. Y por si fuera poco, anunciaron que realizaron en más de 130 naciones, reuniones para difundir esta situación. Y debe recordarse que Estados Unidos y Canadá, tienen atención especial con este tipo de organizaciones… No deja de ser llamativa la decisión del gobierno del Distrito Federal en torno a los aumentos y sus decisiones de apoyar a los que menos tienen. Primero, y sin más, se decidieron aumentos por demás importantes, en prácticamente todos los renglones, para después, apenas iniciado el año y ante la ola de protestas de los ciudadanos, determinar que varios de esos aumentos no tendrían efecto. Esto es por supuesto, una medida política. Pero cargada de demagogia. Las opciones no son muchas. O el gobierno del Distrito Federal mintió cuando alegó lo importante y vital que resultaban los aumentos, o prefiere apostar a riesgos económicos a futuro, con tal de resolver un problema en la imagen de Marcelo Ebrard. En cualquiera de los dos casos, el gobierno de la capital del país resulta perdedor. Por más que el verdadero derrotado sea el capitalino.

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