Opinión

ATISBOS: Antes y Después del 2 de octubre del 68

POR: Rafael Cienfuegos Calderón

Anterior al estudiantil de 1968 en México habían ocurrido ya movimientos sociales que igual que este fueron combatidos con violencia y dejaron un número incierto de muertos y heridos: el magisterial y ferrocarrilero de 1958 y el de médicos de 1964, que si bien surgieron a partir de demandas diferentes, tuvieron como incentivo desafiar el autoritarismo que prevalecía en el gobierno y que se imponía a través de la represión, la persecución, el encarcelamiento, la tortura y el asesinato.

Igualmente, después del 68 surgieron otros movimientos de origen diverso que se distinguieron de los primeros, porque sus propósitos estaban mayormente cargados al logro de cambios relacionados con la democracia, el combate al monopolio político del PRI y a hacer posible la alternancia del poder, que ocurrió por vez primera en el 2000 y se prologó al 2012, año en que el PRI recupera el gobierno, el cual pierde, nuevamente, en el 2018, ante el novel movimiento-partido Morena.

Una faceta de las primeras manifestaciones sociales es la de los tiempos en que los pueblos indígenas se levantaron en contra de los conquistadores españoles para recuperar aquello que les había sido arrebatado e impedir la dominación, así como las que provocaron los invasores franceses y norteamericanos.

Posteriormente, desde el Magonismo hasta el Zapatismo y de ahí a la mitad del Siglo XX el clamor de justicia social del pueblo no ha cambiado, en tanto que la consigna de rechazar los gobiernos conservadores y autoritarios sigue vigente.

Hago esta introducción para referirme a lo expuesto por el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, al inicio del ciclo de conferencias «50 años, Tlatelolco, el 68 visto en el 2018» organizado por la Fundación Elena Poniatowska, que se inserta en el cúmulo de actividades previstas para festejar el inicio del Movimiento Estudiantil de 1968.

Entre ellas, las de la UNAM, que incluye El Memorial del 68 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, la instalación (en este recinto) del Comité Interuniversitario M68: Ciudadanías en Movimiento, en el que participan las universidades Iberoamericana (UIA) y Autónoma de Chapingo (UACH), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y El Colegio de México (COLMEX), la creación de un macro repositorio digital con documentos, imágenes y grabaciones de más de 30 archivos públicos y privados sobre los movimientos sociales, políticos y culturales más significativos del 1968 a la fecha, además de la publicación  de un suplemento de cuatro planas anexado a la Gaceta UNAM, en el que se cuentan cronológicamente los sucesos del movimiento.

El 1 de agosto en la casa que alberga la referida fundación, Juan Ramón de la Fuente,  (futuro representante de México ante la ONU, designado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador), abrió con una exposición de la que extraigo lo siguiente:

Hablar del 68 desde el 2018, es considerar de manera muy clara, que el triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador es resultado del movimiento del 68.

La democracia avanzó en México, hay más apertura y nuevas formas de organización política, impensable hace unos cuantos años,

A partir de 1968 ocurrió una serie de cambios que continúan vigentes e hicieron posible pasar de un esquema monopartidista a uno pluripartidista, y al triunfo de la izquierda en las urnas.

Sobre estos dichos, presento mi punto de vista.

El movimiento estudiantil -50 años después- por ser el de mayor resonancia nacional e internacional (porque puso al descubierto la cerrazón y arbitrariedad del gobierno, porque canceló el anhelo de justicia, y porque el asesinato de centenas o miles de jóvenes, mujeres y hombres, a la orden de un presidente que no consentía la protesta social, negado al diálogo, violador de los derechos humanos e impositivo, ocurrió en la antesala de los Juegos Olímpicos), es, sin duda, un referente de peso en el descontento social acumulado desde principios del siglo pasado y el clamor popular por un cambio en la conducción del gobierno, que derivaron  en el triunfo del novel movimiento-partido y su candidato a la Presidencia de la República, López Obrador.

Sin embargo, considerar que la protesta estudiantil fue el detonador del cambio que hoy se vive como resultado del voto que emitieron 30 millones de mexicanos sin tomar en cuenta los movimientos que ocurrieron antes y después del 2 de octubre, me parece extralimitado.

Hay que tener bien en cuenta que las demandas no eran de carácter político, no tenían relación con los planteamientos de los partidos, no buscaban un cambio de régimen político ni el derrocamiento del gobierno.

Además de la petición de establecer un diálogo público con las autoridades para la negociación,  el pliego petitorio consistió en: 1- Libertad a los presos políticos. 2- Destitución de los jefes de la policía y de los granaderos. 3- Extinción del Cuerpo de Granaderos. 4- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal, relativos al delito de disolución social. 5- Indemnización a los familiares de los muertos y heridos desde el inicio del conflicto. 6- Deslinde de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades mediante la policía, los granaderos y el Ejército.

Sobre que a partir del 68 se dio un cambio en las estructuras sociales que propició el surgimiento de la democracia e hizo posible pasar del monopartidismo al pluripartidismo, habría que analizarlo.

Me parece pertinente hacer notar que ese cambio lo promovieron hasta años después, en 1988, políticos del hegemónico partido oficial, el PRI, que inconformes por ser excluidos del poder que detentaban unos cuantos se revelaron y escindieron.

A la lucha de estos expriistas por el cambio político, social y económico, atraídos por sus discursos, en los que introdujeron los conceptos de igualdad, justicia y democracia, se sumaron los líderes de las agrupaciones sociales que surgieron a partir de la década de los 70s y que se autoproclamaban de izquierda.

Sin embargo, los protagonistas de la aventura por la instauración de un régimen de gobierno democrático distinto al PRI, encabezado por la llamada izquierda -aunque se les adelantó la derecha del PAN como consecuencia de la primera alternancia-, fueron políticos que alegando antidemocracia partidista salieron de las  filas tricolores en 1987 e iniciaron un movimiento que, 30 años después, derivó en su arribo al poder arropados por López Obrador.

Entre los personajes que provocaron la primera gran ruptura en el PRI y que abrieron la posibilidad real de sacar del gobierno al partido hegemónico y hacerle contrapeso político, destacan: Cuauhtémoc Cárdenas –dos veces candidato presidencial, fundador y líder del PRD, primer Jefe de Gobierno electo del ex Distrito Federal, y autoexcluido del nuevo gobierno-; Porfirio Muñoz Ledo –defensor de Gustavo Díaz Ordaz después de la represión y asesinato de estudiantes en Tlatelolco, a quien elogió por su valentía para salvar a México, fundador y dirigente del PRD, candidato presidencial del PARM, legislador  del PT, y ahora diputado de Morena y presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados-; e Ifigenia Martínez –fundadora del PRD, diputada federal y senadora, integrante de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, y actual senadora de Morena.

A ellos se sumó Heberto Castillo (precursor –en mi opinión- de la izquierda mexicana junto con Valentín Campa y Demetrio Vallejo), activista visible que apoyo los movimientos magisterial, ferrocarrilero, de médicos y el estudiantil de 1968, por el que después de resistir oculto más de 6 meses, fue encarcelado en Lecumberri hasta mayo de 1971. Promovió la creación del Partido Mexicano de los Trabajadores en 1974, del que fue diputado, y con la fusión de organizaciones que se autodenominaban de izquierda, fundó el Partido Mexicano Socialista en 1987. Siendo candidato a la presidencia en 1988, declinó para apoyar a  Cuauhtémoc Cárdenas.

Los dirigentes de los partidos Auténtico de la Revolución Mexicana, Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, y Popular Socialista, así como los de la Coalición Obrera, Campesina y Estudiantil del Istmo (COCEI), la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Asamblea de Barrios (creada tras los terremotos de 1985, la Unión de Colonias Populares, la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ) y la Central Campesina Cardenista (CCC), se unieron al Frente Democrático Nacional (antecedente del PRD).

En 1988, con el fraude electoral que el PRI-Gobierno de Miguel de la Madrid (Presidente de la República) y Manuel Bartlett (secretario de Gobernación y hoy en día nominado para dirigir la CFE en el nuevo gobierno), cometió contra Cuauhtémoc Cárdenas para imponer a Carlos Salinas de Gortari, se dio la primera agresión contra la democracia y el grupo de políticos que suspiraban por ella se dieron cuenta que no sería nada fácil ganarla.

Respecto a que el movimiento que triunfó en las recién pasadas elecciones, como consecuencia del cambio que generó el movimiento del 68 en la estructura social es de izquierda, me surgen los siguientes cuestionamientos:

¿A caso es Morena un movimiento-partido de izquierda?

En el confluyen expriistas, experredistas, expanistas, expetistas, oportunistas, nacionalistas, reformistas, conservadores, socialistas, anarquistas, sindicalistas y empresarios, así como tecnócratas neoliberales camuflados de republicanos, que hacen imposible que se le aprecie como tal.

Y ¿qué decir de los antecedentes partidistas de su fundador, López Obrador, que era militante del PRI en 1988, año en el que nace la que llama “Mafia del Poder”?

Cuauhtémoc Cárdenas y Graco Ramírez (gobernador de Morelos) dan testimonio del origen político del presidente electo, el primero en su libro Sobre mis pasos, y el segundo en respuesta al cuestionamiento del sitio web Verificado, de Milenio.

¿Ser honesto y amar a la gente, es ser de izquierda?

¿Pretender recuperar los valores y principios para regenerar la vida política del país, lo es?

¿Combatir la desigualdad bajo la consigna de “primero los pobres”?

¿Exhibir los vicios y el fracaso del neoliberalismo, es suficiente para considerarse político de izquierda?

ANTES DEL 68

En México ocurrieron movimientos sociales anteriores de gran trascendencia política y social que padecieron, igual que el estudiantil, la intransigencia de los gobiernos en turno, que con garrote, cárcel y balas impusieron su autoritarismo.

Finalizaba el siglo XIX, y en el México predominantemente rural, surge el Movimiento Magonista influenciado por el pensamiento anarquista y liberal de los hermanos Ricardo, Jesús y Enrique Flores Magón, en defensa de las causas indígenas.

La guerrilla de los Yaquis. Movimiento indígena que surgió a finales del siglo XIX ante el arrebato de sus tierras por parte de terratenientes, y que fue férreamente perseguido por el régimen de Porfirio Díaz. Su principal líder, el Jefe Tetabiate, muere en 1901 después de las batallas de Bagum , Nogales y Mazocoba, en las que los generales del régimen asesinaron a miles de Yaquis. Tiempo después el Movimiento Yaqui se une a las filas de los Magonistas.

1906 – Huelga de Cananea y Río Blanco. El 1 de junio en las minas de Cananea, Sonora -explotadas por la compañía Cananea Consolidated Copper Company-, 2000 mineros hartos del sometimiento, las condiciones inhumanas y el trato despótico que recibían, iniciaron la primer huelga registrada en la historia de México, considerada precursora de la Revolución Mexicana. Los huelguistas fueron reprimidos y asesinados por los estadounidenses encargados de la seguridad y, posteriormente, por mercenarios del vecino país a los que el Estado mexicano permitió la entrada.

1910 – Revolución Mexicana. Desde finales del siglo XIX las condiciones laborales en México eran muy similares a las de los feudos de la edad media en Europa. La esclavitud había desaparecido en la Constitución pero aún existía en las haciendas, donde los campesinos eran obligados a permanecer cautivos si tenían adeudos con los patrones, en tanto que, en las industrias, las jornadas laborales eran inhumanas, el salario muy bajo y el trato cruel. Los patrones pagaban a los jornaleros con fichas que solo podían canjear en las tiendas de raya donde los productos se vendían a granel y a precios inflados. Como consecuencia el pueblo comenzó a organizarse y surgieron múltiples movimientos armados, entre ellos los dirigidos por Francisco Villa y Emiliano Zapata. Tras derrocar el régimen Porfirista, Francisco I. Madero llega a la presidencia y se redacta una nueva Constitución en 1917, en la que se incluyen los derechos sociales a la educación, a la libertad de expresión y a la huelga. Y en el artículo 3o se defiende la educación básica laica y gratuita, en el 27 la propiedad de la tierra y en el 123 los derechos del trabajador.

1926 – Movimiento Cristero. De 1926 a 1929 durante el gobierno de Plutarco Elías Calles surge un movimiento armado a cargo del clero católico que se oponía a las reformas que le retiraban la autonomía a las organizaciones religiosas, les impedía la realización de actividades fuera de los templos y participar en la política, así como poseer propiedades. El movimiento armado se dio principalmente en las zonas rurales del centro y occidente del país, comenzando en Jalisco. Finalmente depusieron las armas en el siguiente sexenio, en el que gobernó el presidente Emilio Portes Gil.

1953 – Movimiento Feminista. Un grupo de mujeres organizadas emprendieron una larga y extenuante lucha por el reconocimiento de su ciudadanía. En 1923, Elvia Carrillo Puerto fue electa diputada en Yucatán, cargo que tiene que abandonar a causa de amenazas de muerte; nuevamente resulta electa en San Luis Potosí, pero el Colegio Electoral no reconoce su triunfo. En 1953 es cuando las organizaciones feministas logran el derecho al voto y la igualdad de derechos constitucionales. México fue uno de los países que más tardó en reconocer este derecho.

1958 – Movimiento magisterial. En él participaron intelectuales, obreros y profesionistas  que fueron reprimidos por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos. En 1956 el Frente Sindical Magisterial, encabezado por Othón Salazar, organizó la lucha de la sección novena del SNTE por mejoraras salariales y en pleno periodo electoral, los maestros de primaria emplazaron a huelga a la SEP con la demanda de 14 por ciento de aumento. La respuesta de las autoridades no se hizo esperar y la represión dejó varios muertos y decenas de heridos. Posteriormente, cuando el magisterio se proponía realizar una manifestación para exigir el reconocimiento de una nueva diligencia sindical y apoyar las demandas de los ferrocarrileros, fueron violentamente agredidos; Othón Salazar y los principales dirigentes fueron aprehendidos y torturados.

1958-1964 – Movimiento Ferrocarrilero. En este sexenio que inició en plena efervescencia de la lucha sindical ferrocarrilera por mejoras salariales y democracia sindical, el sistema político estuvo a punto de colapsar en medio de una difícil situación económica que amenazaba con frenar el crecimiento de años anteriores. Ante ello, Adolfo López Mateos suprimió de raíz todo movimiento que amenazara la estabilidad social del régimen, no solo de manera legal sino también con el empleo de la fuerza pública, como condición para lograr la reactivación de la economía. La represión estuvo presente a lo largo del movimiento y como resultado 150 ferrocarrileros, entre ellos los dirigentes Demetrio Vallejo y Valentín Campa –fundador del Partido Socialista Unificado de México y candidato presidencial- fueron encarcelados acusados de comunistas.

1964 – Movimiento Médico. Inició por motivos económicos y se convirtió en un movimiento por la democracia sindical y la autonomía con respecto al Estado, que desafió al régimen y demostró que el hartazgo social ante un gobierno totalitario y represivo estaba llegando a su límite. El gobierno priísta respondió con la represión, la ocupación militar de unidades médicas y despidos masivos.

1968 -Movimiento Estudiantil. Participaron estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, las universidades Iberoamericana, La Salle y Benemérita Autónoma de Puebla, el Colegio de México, y la Escuela de Agricultura de Chapingo, a quienes se unieron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros, profesionistas y burócratas. Fue un movimiento que desafió el autoritarismo del gobierno, demandó diálogo, exigió respeto al derecho de libre expresión y alzó la voz contra la represión. La respuesta para contenerlo fue la persecución, el encarcelamiento y el asesinato.  En la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde ocurrió la matanza el 2 de octubre, se le puso fin. El número de muertos, heridos y desaparecidos se desconoce hasta ahora, y a pesar de que está ampliamente documentada la agresión que cometieron elementos policiales vestidos de civil y del Ejército, las autoridades castrenses insisten en que dispararon contra la multitud únicamente para defenderse, ya que fueron víctimas de una emboscada. Previo a esa fecha, ocurrió la toma violenta de la Preparatoria 1 de San Ildefonso, el 26 de julio, con el empleo de una bazuca para derribar el portón, la ocupación militar de la Ciudad Universitaria el 18 de septiembre, y la férrea defensa que hicieron los estudiantes politécnicos de las instalaciones del Casco de Santo Tomás, entre el 21 y 24 del mismo mes, días en que confrontaron a elementos de la Policía Montada y Soldados.

DESPUÉS DEL 68.

1971 – Jueves de Corpus o el “Halconazo”. Al inicio de su gobierno Luis Echeverría Álvarez  anunció reformas de apertura democrática en el país, permitió el regreso de algunos líderes del movimiento estudiantil de 1968 exiliados en Chile y la excarcelación de presos, entre ellos José Revueltas y Heberto Castillo. Los estudiantes estaban entusiasmados y creyeron que habría oportunidades para regresar a las calles y manifestarse en contra del gobierno. El conflicto entre la Universidad Autónoma de Nuevo León  y el gobernador por la reducción del presupuesto y la intención de suprimir la autonomía, motivo que estudiantes de la UNAM y el Politécnico convocaran a una manifestación masiva de apoyo para el día 10 de junio. La marcha inició en el Casco de Santo Tomás y su destino era el Zócalo. Las calles estaban bloqueadas por granaderos y agentes policiacos, y había tanques antimotines y transportes del Ejército. Pero un grupo integrado por jóvenes -al que se conoció como “Los Halcones”- fue el que confrontó a los marchistas, primero,  con varas de bambú, palos de kendo y porras que manejaban diestramente, y posteriormente, con armas de alto calibre. La policía capitalina observó  impasible la agresión.

1988 – Fraude Electoral. En las elecciones presidenciales de ese año hubo descontento entre los partidos y organizaciones de la llamada izquierda por la suposición de un fraude electoral que arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas. Carlos Salinas de Gortari llegó al poder mediante la “caída” del sistema a la hora crítica del conteo de votos, lo que presagio el fraude. El resultado oficial fue cuestionado como ilegal por todos los actores políticos, con excepción de los priistas. Sin embargo el sistema político establecido actuó sin dilación y lo sacó adelante con la calificación de la Cámara de Diputados, de mayoría priísta, y la abstención del PAN.

1994 – Movimiento Zapatista. El 1 de enero de 1994 surge en Chiapas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) integrado en su mayoría por indígenas, cuyo líder encapuchado –que no era indígena- enarbolaba principios marxistas. Ese mismo día entró en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Los zapatistas emiten la Declaración de la Selva Lacandona en la que se declaran en guerra –sin ser un ejército- contra el gobierno de Salinas de Gortari y piden trabajo, tierra, salud, educación y más derechos básicos. La zona es militarizada y la persecución se prolonga hasta el momento en que inician las pláticas de pacificación. Marcos, el autodenominado subcomandante, aprovecha ese tiempo para llevar a cabo una campaña mediática que trascendió fronteras y lo hizo mundialmente famoso.

1999 – Huelga de la UNAM. Las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México aprueban un aumento en las cuotas de inscripción de 20 centavos a 10 salarios mínimos para las preparatorias y 15 para las licenciaturas. El 20 de abril de 1999 un grupo de estudiantes inconformes inició la huelga que permaneció por más de 9 meses. En noviembre de ese año renuncia Francisco Barnés a la rectoría y el presidente Ernesto Zedillo ordena la entrada de la Policía Federal Preventiva al campus universitario para recuperar las instalaciones. Días después, nombra rector a Juan Ramón de la Fuente. Alrededor de 600 activistas fueron detenidos.

2001 – Movimiento de Atenco. El Presidente Vicente Fox pretendía construir un aeropuerto en Texcoco, Estado de México, cuyas tierras ejidales se pagarían a un muy bajo precio. Inconformes, los pobladores se organizaron y formaron el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra que se manifestó en contra del decreto de expropiación de los títulos de propiedad de más de cuatro mil familias, cuyas tierras se encontraban en San Salvador Atenco. Un día después de la publicación del decreto, los integrantes del frente toman las calles del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) en protesta, portando machetes y palos, al tiempo que se amparaban legalmente. El 8 de julio la manifestación que intentó llegar al Aeropuerto Internacional Benito Juárez fue bloqueada, y se registró un enfrentamiento con elementos de seguridad pública. El resultado, varios heridos, una persona fallecida, y la detención de los líderes del movimiento.

2006 – La APPO. En mayo de 2006 los maestros entregaron un pliego petitorio a Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca. Al no recibir respuesta, inician un plantón en el Centro Histórico de la ciudad capital seguido de varias megamarchas. El 14 de junio los cuerpos de seguridad intentan desalojar el plantón pero fracasan; el secretario de Gobierno y el director de Seguridad Pública son destituidos. La organización se intensifica y a los maestros se suman agrupaciones civiles para conformar la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Hubo mesas de diálogo con los gobiernos federal y estatal para reanudar las clases, canceladas cinco meses atrás. Al 17 de noviembre de 2006, los reportes de la APPO daban cuenta de 17 muertos y alrededor de cuarenta detenidos, como resultado de los enfrentamientos con la Policía Federal Preventiva.

2006 – Movimiento de Andrés Manuel López Obrador. La elección presidencial de ese año, está registrada como la más cerrada y controversial que se haya dado en el país. La mañana del lunes 3 de julio, cuando los resultados oficiales fueron hechos públicos, dieron al candidato del PAN, Felipe Calderón, un estrecho margen de ventaja (0,1%) sobre el candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, siendo que los resultados preliminares mostraban una amplia ventaja de este. Se habló de una falla en el sistema del Instituto Federal Electoral en la madrugada, durante la cual el candidato del PAN rebasaba  por décimas a su oponente. Esto detonó molestia e inconformidad entre los votantes generando diversas manifestaciones en varias partes del país, principalmente en la capital. López Obrador y el PRD no reconocieron el resultado y surge la demanda del conteo voto por voto y casilla por casilla. López Obrador pide a sus seguidores, aglutinados por miles en el Zócalo, iniciar ese domingo un plantón permanente que se extendió por la calle de Madero y las avenidas Juárez y Reforma, hasta el Auditorio Nacional, y se autoproclamó Presidente Legítimo.

Mi propósito con la anterior reflexión, es hacer hincapié en que el descontento social, la lucha por la instauración de un sistema político democrático y el anhelo por un gobierno que enarbole ideales de justicia e igualdad, datan de antes del siglo XX, cuya expresión fueron los movimientos sociales anteriores y posteriores al del 68, que es menester tomar en cuenta para explicarse el resultado de las elecciones presidenciales del 1 de julio.

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