Opinión

ATISBOS

Nuevos partidos políticos: la misma gata pero revolcada

Rafael Cienfuegos Calderón

DESCREDITO.- Este año se sumarán al quehacer político del país cuatro organizaciones que a no ser que el Instituto Nacional Electoral (INE) determine que no cumplieron con los requisitos de ley obtendrán su registro como partidos: Redes Sociales Progresistas, cuya cabeza es Elba Esther Gordillo, ex del Partido Revolucionario Institucional (PRI); Grupo Promotor de México, ex Partido Nueva Alianza (Panal), del magisterio; Encuentro Solidario, ex Partido Encuentro Social (PES), de los evangélicos; y México Libre, de Margarita Zavala y el expresidente Felipe Calderón, ambos ex militantes del Partido Acción Nacional (PAN). Nada nuevo. Más de lo mismo. La misma gata pero revolcada. César Hernández González  especialista en derecho electoral, democracia y derechos humanos escribió en la revista NEXOS que si bien la inclusión de partidos políticos nuevos es sinónimo de una ampliación a la pluralidad de ideas, expresiones, valores, doctrinas o creencias, en el imaginario colectivo estos son percibidos como una extensión de las fuerzas políticas en activo; son justipreciados negativamente, gracias a condicionamientos derivados de percepciones peyorativas de otros institutos políticos (representan intereses particulares, no solucionan problemas, crean conflictos, fomentan la corrupción, viven del erario, desarrollan el clientelismo, no acatan las leyes). Estas percepciones influyen en que las connotaciones negativas sobre los nuevos partidos permanezcan vigentes, materializándose, en la pérdida de confianza, el desencanto y el descrédito. No obstante, los nuevos partidos políticos son necesarios y trascendentales para la democracia, la pluralidad, las elecciones, el sistema de partidos y los derechos humanos, y facilitan que las personas formen parte de la vida pública de una sociedad, al constituirse como vías de acceso para la integración y ejercicio del poder político; auspician la integración de personas y grupos disidentes en la vida pública y en la acción del poder político; e impulsan la transformación del statu quo de las relaciones de poder entre los ciudadanos y las fuerzas políticas. El 1 de septiembre de 2019 el presidente del INE, Lorenzo Córdova dijo en la UNAM que el principal problema que enfrentan las democracias en el mundo es el desencanto de la ciudadanía, que ha visto un modo típico de hacer política con partidos incapaces de resolver los problemas fundamentales que aquejan a las sociedades modernas, y que este es utilizado y explotado por los nuevos demagogos para minar las bases de la democracia. En México hay grandes problemas como la pobreza, la corrupción, la impunidad, y la inseguridad, que abonan a acrecentar el desencanto.

PERCEPCIÓN.- El Informe la Ciudadanía en México: ¿Cuál Ciudadanía?  (INE, 2015) establece que a 4 de cada 10 mexicanos lo que más molesta es que los partidos no cumplan sus promesas; que para uno de cada 4 son corruptos; que 14% afirma no les interesan los problemas de la gente, que son grupos con intereses particulares que se movilizan principalmente en temporadas electorales y que  carecen de un sentido ciudadano “genuino”; no buscan el interés general y que sus apoyos son coyunturales.

ONG’s.– Además, que entre el 40 y 50% consideran que las organizaciones que defienden los derechos humanos, las del voluntariado, las de padres de familia, las que protegen el medio ambiente y las asociaciones de vecinos realizan un mejor trabajo que los partidos; casi el 40% está de acuerdo con que un solo partido gobierne el país y que desaparezcan los partidos políticos actuales. Sin embargo, las modificaciones hechas a la Ley Electoral han favorecido las actividades de los actuales partidos (Morena, Movimiento Ciudadano, PAN, PRI, PT, PES, PVEM, y la creación de nuevos.

ESBIRROS.- Por cierto, aún no se gestan como tales y ya hay actores políticos que acusan que quitando a México Libre, Redes Sociales Progresistas, Grupo Promotor de México y Encuentro Solidario, serán partidos “satélite” de Morena que buscarán una gran alianza para las elecciones de 2021. De esa forma, los primeros asegurarán su registro, pues solos difícilmente alcanzarían el número de votos necesarios, en tanto que el partido del Presidente estaría en condiciones de tener mayoría, de nueva cuenta, en la Cámara de Diputados.

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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