Opinión

Año de Gozo

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Fil.4:4)

Ante la terrible problemática existente en el mundo entero, hablar de gozo y de victoria quizá para muchos sea simplemente un buen pensamiento o sólo una falacia. Sin embargo, los que hemos creído en Cristo Jesús, sabemos que a pesar de la incertidumbre y el miedo que domina en muchos corazones, nosotros podemos iniciar este año en el gozo de saber que en Cristo somos más que vencedores.

Un cristiano más que vencedor es aquel que no teme al valle de sombra de muerte (Salmo23:4); es aquel que no se doblega sino enfrenta las luchas con toda la armadura de Dios (Ef.6:10-20); es aquel que puede pararse frente al gigante y decirle “mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos” (1Sam.17:45); es aquel que en medio de la lid puede ser herido y tal vez derribado, pero se pone de pie.

El creyente más que vencedor es aquel que cuando la vida se torna negativa, que parece que las fieras lo van a devorar y lo rodean cual leones hambrientos, no se turba, sino que medita en Dios, pone su fe en acción y después testifica como lo hizo Daniel “Mi Dios envió a su ángel, el cual cerro la boca de los leones, para que no me hiciesen daño….” (Dn.6:22).

Pero, ¿podremos ser también felices cuando la vida está llena de sinsabores? ¡Sí podemos, ya que en Cristo descansa nuestro gozo! El apóstol Pablo cuando escribió la epístola a los filipenses estaba prisionero en Roma. No tenía nada físicamente que le causara gozo; sin embargo, su testimonio es de gozo. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo ¡Regocijaos!”(Fil.4:4)

Mucha de la infelicidad del hombre es el resultado de tener metas y aspiraciones puestas en este mundo; así, un hombre que aspira a ser rico no puede ser feliz cuando pierde su dinero; una persona que aspira a ascender en una escala corporativa sufre cuando a alguien más le es dada una buena promoción. Es decir, las circunstancias externas controlan el estado anímico de aquellos cuyas metas y aspiraciones en la vida están atadas a este mundo.

Amado lector: Que este año de gracia 2011 hagamos nuestras las palabras del profeta Habacuc: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación” (3:17-18) que en cada crisis y situación difícil que enfrentemos durante este año reconozcamos que es tiempo de ejercitar nuestra fe, ¡Cristo es fiel y verdadero! Él todo lo puede y para Él no hay nada imposible. Vivamos en la seguridad de saber que Cristo es mayor a todos los problemas que nos agobien. Dios te bendiga un fraternal abrazo en Cristo Jesús. ¡Feliz año 2011!

*Pastor de la Iglesia Cristiana Interdenominacional. A.R. ser@iciar.gob

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