Opinión

Acabar con el PRI

La batalla política que hacia el interior del gobierno de Felipe Calderón se libra desde hace ya un buen tiempo, se recrudeció a últimas fechas ante el tema de las alianzas electorales con el perredismo para ver si así, se podía detener a los priístas. Los “duros” en el gobierno quieren acabar con el PRI sin importar más nada que el evitar que el partido tricolor pueda afianzarse en el ánimo de los ciudadanos con miras a los comicios del 2012. Los políticos reales, saben que es imposible consolidar el gobierno sin tener acuerdos con el PRI. Y saben que romper con ellos para las elecciones de este año significaría, en la práctica, abandonar cualquier proyecto oficial que no fuera todo lo relacionado con elecciones de todo tipo. La batalla se convierte en un verdadero dolor de cabeza cuando el Presidente Felipe Calderón parece no tener claro el rumbo a seguir. Así, permite que César Nava se lance contra los aliados políticos de Calderón como Beatriz Paredes y proclame a los cuatros vientos que las alianzas van. Al mismo tiempo, aparece Fernando Gómez Mont, en su calidad de titular de Gobernación, para marcacó dedo de fuego, esas coaliciones. El gobierno se divide. El PAN se fractura en diversos estados. Y Vicente Fox les recuerda que el PRD carece de ideología y principios. La división amenaza. El PRD por su parte, con el colaboracionista de Jesús Ortega a la cabeza, olvida todos los insultos que lanzó sobre Felipe Calderón y pretende que nadie recuerde que sus afirmaciones sobre la ilegitimidad del Presidente no podrían borrarse nunca. Así, quiere apoyar candidatos a cambio de migajas de poder. Y busca tener en la mano la llave de las “victorias” panistas, cuando en realidad su papel no pasa de ser el del paño de la menstruación del grupo en el poder. La realidad establece que el gobierno no puede aspirar a negociar nada con los priístas se lanza en su contra una ofensiva electoral basada en la ambición del poder. Las confusiones y contradicciones son el primer capítulo de esta ridiculez panista. Pero la segunda parte es al olvido de toda la ética política. Y ello tendrá consecuencias muy importantes… Mientras tanto, la iniciativa de reforma política de Felipe Calderón recibió en el Senado una dura vapuleada por expertos de todo tipo, durante los foros organizados para analizar el proyecto oficial. Y cuando el presidente aparece para pedir al PAN que convoque a la sociedad para respaldar su proyecto comete un error doble. Primero, quiere burlar los canales legislativos y después, convertir el voto ciudadano en un mandato carente de valor. Olvida que los legisladores, de todos los partidos, fueron votados por los ciudadanos, lo mismo que él en su momento, y que pedir a la sociedad que presione a diputados y senadores, es tanto como autorizar a que otros pidan que se presione a su gobierno para que haga o deje de hacer tal o cual cosa. De risa loca el llamado de César Nava, presidente del PAN a los gobernadores del PRI para que no metan las manos en el proceso electoral que se avecina. Sería interesante ver la reacción del gobierno federal ante un llamado similar de los partidos de oposición ante la más que obvia intromisión en dichas elecciones… Otro anuncio que no dejó de provocar burlas, fue el de Alonso Lujambio, titular de Educación Pública, en el sentido de que no buscará ser el candidato del PAN a la Presidencia de la República. ¿En realidad en algún momento el señor Lujambio pensó que tenía las condiciones necesarias para gobernar al país?… Pero los problemas del PAN recibieron una bocanada de aire fresco cuando en el DF estalló el asunto de la agresión Salvador Cabañas. El hecho, digan lo que digan las autoridades del la capital del país, es que la inseguridad es de tal magnitud, que cualquier ciudadano, en cualquier momento, en cualquier parte, puede convertirse en víctima de la delincuencia. Todos recordamos el caso Lobombo, y que nada sucedió de fondo. O el caso del “News Divine”, o el del Metro con el sujeto y su pistola de hace unos meses. O el de la cafetería de una conocida cadena, cuando un testigo protegido de la PGR fue asesinado hace algunas semanas. Ahora es el de un futbolista. Pero la realidad es que estos son apenas, algunos casos sonados. El problema es que la inseguridad campea y los capitalinos son blanco de la delincuencia.

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