Opinión

¿Y el nacionalismo?

En una operación mercantil la empresa cervecera FEMSA, productora de Sol, Dos XX, Tecate, Bohemia, pasó al emporio de Holanda, Heineken, una empresa trasnacional. Ahora nuestros campesinos trabajarán la tierra, para producir cebada, con la cual se produce la cerveza, Para una empresa extranjera. No afecta al bebedor, seguirá habiendo la bebida; pero el concepto ideológico del nacionalismo y de la izquierda mexicana, resulta un conflicto. El emporio, para unos, un monopolio, para otros, era criticado; ahora ya no es mexicano, es holandés. Y el nacionalismo voló.
Es la evidencia de la globalización, que muchos niegan y muchos atacan. Los izquierdistas ilusionistas de café atacan las grandes organizaciones empresariales; no admiten un Telmex de Carlos Slim; o Cemex de Lorenzo Zambrano; y menos a Televisa de Emilio Azcárraga. Seguramente serían menos rijosos si los dueños fueran extranjeros, izquierdismo malinchista. Lejos de la realidad.
Resulta paradójico ideológicamente. El comercio derrumba fronteras y rompe ideologías. La izquierda mexicana obsesiva está anquilosada. Ya no tiene el ombligo de manutención que fue la URSS. Ni tienen la alimentación ideológica en la dictadura capitalista de China. Bueno ni zona adiestrados y financiados, para la guerrilla armada, por Corea. Son muchos los tumbos de nuestros izquierdistas, con frecuencia quedan huérfanos, desprotegidos, sin visión moderna. El socialismo resulta rupestre, lleno de manipulación. Ni Cuba los nutre ideológicamente. El nacionalismo se evapora y la cebada mexicana se cultiva para Holanda de Heineken. Adiós nacionalismo.

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