Notas

Revolución futbolera

España conquistó, por segundo año consecutivo, la Eurocopa. Un trofeo más que suma a sus vitrinas y que se agrega al obtenido en la pasada Copa Mundial de Sudáfrica. Más allá de esta glamourosa victoria, lo que enseña el futbol moderno es que pasó de ser un simple deporte para convertirse en un arte espectacular. Todo lo que rodea a este juego constituye una revolución al ancestral balompié, inventado y hecho universal por Europa. Se juega en el césped, pero también en las tribunas con cánticos, banderas, listones y todas las manifestaciones que son posibles. También participa la familia, de los jugadores y de la sociedad. La bicampeona Furia lo dejó bien claro. Al término del encuentro, los hijos de los actuales campeones recorrieron la cancha, posaron para la foto, tocaron las redes y mostraron la alegría que contagió a todo el mundo. En encuentros previos de esta justa continental hubo pasarelas, tablas gimnásticas, celebraciones especiales de los goleadores y un sentido familiar. Esto hizo que la derrota de los italianos fuera menos dramática porque, al final de cuenta, el futbol volvió a ser lo que siempre deseó la sociedad: un deporte, no una guerra fratricida, que en muchas ocasiones enlutó pueblos enteros. Un marcador de 4 goles a 0 no es resultado decoroso para ningún equipo, pero al ser un espectáculo, lo convirtió en un simple episodio para los anales de la historia de este deporte mundial.

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