Notas

Paquete de problemas

 

El inicio del año difícilmente podría ser más complicado y desalentador. De entrada, los mensajes contradictorios del gobierno mismo dejan ver que la crisis es mucho más seria de lo que se quiere reconocer. El plan para enfrentar el reto no pasa de ser una estrategia de corte electoral y el gobierno apuesta a detener la avalancha los primeros seis meses para, una vez pasado el proceso electoral, soltar las amarras y dejar que el terremoto acomode por sí sólo las cosas. Después, aparece la confrontación entre la Secretaría de Hacienda de Agustín Carstens y el Banco de México de Guillermo Ortiz. El pleito tiene que ver con los proyectos de grupo, pero en la práctica lo que se deja ver es la falta de cohesión en el aparato de gobierno. Y así, Hacienda habla de un nulo crecimiento para este año, en tanto que el BM afirma que ese señalamiento no pasa de ser una demostración de optimismo. Las cosas no paran ahí. El gobierno nos informó en la parte final del año pasado, que «durante décadas» desde el poder se «administró el narcotráfico». Pero lejos de poner tras las rejas a quienes semejante actitud tomaron, se deja el discurso en el olvido y con ello se adopta la actitud de complicidad que sólo ayuda a deteriorar más, la confianza en el gobierno. Para completar el cuadro, el subcomandante Marcos reapareció en las primeras jornadas del año, para lanzar duros y muy poco manejables ataques al gobierno, a AMLO y a Marcelo Ebrard. La actitud del líder del EZLN deja abiertas las puertas de la especulación. Y habrá que esperar para que todos sus dichos quedan clarificados al paso del tiempo…

Pero el problema se recrudece cuando, desde Estados Unidos, aparece un informe del Departamento de Defensa, en el que se establece que México y Pakistán son las dos naciones en el mundo, en las cuales puede presentarse un «colapso rápido y repentino» que podría obligar a la intervención de las fuerzas armadas estadounidenses. De acuerdo con este informe, el narcotráfico y la delincuencia organizada son los elementos que pueden dar vida al citado escenario del caos. No es necesario ser un experto para entender que, a dos años de distancia de iniciada la «guerra contra el narcotráfico», los resultados no son lo suficientemente alentadores para los analistas en Estados Unidos, por lo que dejan ver el riesgo que existe en su frontera sur. Esto, además, se hace público en el momento en el que Barak Obama recibió a Felipe Calderón. Elogios y abrazos parte, el análisis del Departamento de Defensa suena con una advertencia muy seria… El gobierno habla de la creación de algo más de 200 mil empleos a lo largo del presente año. Y el problema no es ya recordar la promesa hecha en campaña para crear un millón de nuevas plazas cada año. Ahora el reto está en saber cuántos empleos se perderán con la crisis. Por más que los discursos hablen de lo bien que estamos y de la fortaleza de nuestra economía, lo que está claro que este año no habrá avances de ningún tipo. Es más, los optimistas piensan que podría haber un decrecimiento. Y que esta crisis podría arrollarnos no sólo este año, sino también el próximo. De esta forma, lo importante radica en saber cuántos empleos se podrán conservar… Y en tanto, mucho se comenta si en realidad Felipe Calderón mantendrá intacto su equipo de gobierno. Es obvio que en el sector laboral, en el campo y en el económico el gobierno hace agua. Y los titulares de las dependencias de cada área citada no parecen tener la solución a ninguno de los problemas que enfrentan. En otras palabras, la interrogante radica en saber si el Presidente Calderón modificará su estrategia hacia un gabinete de crisis, o  si habrá de mantener las cosas tal y como están… Los foros económicos que organiza el Senado de la República pueden tener impacto. Y no sólo político. Los senadores, que hablaron de ésta mucho antes de que el gobierno apareciera con su tercer programa contra la crisis, saben que la oportunidad de alcanzar proyectos de fondo y de largo plazo, está al alcance de las manos. Y además, entienden que si son capaces de aportar algo en defensa de la economías de los ciudadanos, sus bonos pueden subir y mucho… La alianza política que trabaja al lado de Enrique Peña parece haber entendido que una cosa es servir de «puente» a favor de Los Pinos para iniciativas ante los priístas y otra, muy diferente que esos priístas estén dispuestos a que el gobernador del Estado de México pretenda aparecer como líder indiscutido de las fuerzas tricolores.

 

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