Notas

No llorar ante quiebra masiva de negocios

«No estar llorando después». Es la frase que como flecha envenenada disparó Carlos Slim en torno al futuro inmediato de México. Afirmó: «Va a subir el desempleo como no teníamos noticia en nuestra vida personal (…) van a quebrar las empresas, muchas chicas, medianas y grandes».
Enseguida: «Van a cerrar los comercios, va a haber locales cerrados por todas partes, los inmuebles van a estar vacíos».
Y lo devastador: «Es una situación que va a ser muy delicada, no quiero ser catastrofista, pero hay que prepararse para prever y no estar viendo las consecuencias y estar llorando después».
Conceptos dichos en la Cámara de Diputados que destruyen el discurso oficial, en el cual es proclamada una economía blindada, «catarritos» y toda esa palabrería expresada por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens.
El segundo hombre más rico del mundo pareció dirigirse al Presidente Felipe Calderón mediante el término catastrofista, el cual fue usado días antes por el primer mandatario para denostar a críticos de su gobierno.
Slim habló en el foro «México ante la crisis ¿Qué hacer para crecer?» a eso del mediodía del lunes pasado y, más o menos a la misma hora, el presidente Felipe Calderón insistió que nuestro país cuenta con una «economía sólida, gracias a su disciplina financiera».
Ambos discursos fueron transmitidos en los noticieros al mismo tiempo, como si hubiese estallado una confrontación entre Felipe Calderón y Slim, habiéndose comentado en diferentes medios y público en general, sobre quien dice la verdad.
Infortunadamente para la nación, las advertencias del magnate de la telefonía tienen sustento. Los conteos verídicos del desempleo indican que en la era panista, de los años 2000 al 2008, el déficit laboral fue de 4.3 millones, equivalentes al 73.36% de los puestos de trabajo que era necesario crear. Todo ha sido retroceso.
Los organismos empresariales contabilizaron, por su parte, el cierre de 30 mil empresas durante el año pasado, en particular pequeñas y medianas, cuando empezaba la gran depresión de estos días.
No mintió Slim al hablar de comercios cerrados y locales vacíos, los cuales son vistos por todas partes. Según el líder panista, Germán Martínez, el millonario Slim no dijo nada nuevo porque el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, ya había declarado la caída del PIB entre 5 y 8 puntos.
Entonces no deben preocupar las advertencias del acaudalado empresario, refutado mediante débil respuesta del secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien dijo no compartir «pronóstico tan alarmista».
A este funcionario menor, cuyo mérito es perseguir al líder minero Napoleón Gómez Urrutia no le gustó lo dicho por Slim sobre el peor desempleo de los últimos 80 años.
Javier Lozano se destapó en referencia a Slim: «que lo diga el hombre más poderoso que tenemos en este país y dice que no es catastrofista, pues que bien lo disimula».
Lo reconoce como el hombre más poderoso y, por supuesto, no disimuló las verdades de la realidad nacional actual. Como planteó el mismo magnate, después que no rueden las lágrimas.

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