Notas

Familia

 

Se celebró en la Ciudad de México el VI Encuentro Mundial de las Familias. Fue organizado por la jerarquía católica mexicana bajo el auspicio del Vaticano. Se trató de un evento importante, trascendente, indudablemente, que deja muchos temas para el análisis, la discusión. 

Dentro de ese marco, el Presidente Felipe Calderón dijo: “Protegeré a la familia con todo el poder; es responsabilidad del Estado reconocerla y tutelarla”. 

De acuerdo. La familia, en sus diversas formas, debe ser protegida por las instituciones. Las públicas, en primer lugar, en los tres órdenes de gobierno; municipal, estatal y federal. Por los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. El lugar en el cual ubico a cada una de las instancias es intencionado. Estoy convencido de que municipio y congresos legislativos son los más vinculados con el interés de la comunidad nacional.

Pero cómo y ante quién debe protegerse a la familia. Creo que ante la pobreza, en primer término, origen y consecuencia de nuestros males. Que ponen en riesgo gobernabilidad y futuro de la nación.

El Presidente urgió a tomar acciones que protejan la unidad familiar como la célula verdadera de la sociedad.

Sí. Preservar la unidad familiar, fortalecerla. Para ello es necesario no sólo atenderla, sino entenderla. Tarea que no a todos se da. Por falta de conocimiento, de vocación, de interés, desde las responsabilidades de jerarquía mayor. En el ámbito público y el privado. Llegó a mencionarse, por ejemplo, lo que el aborto significa para la conciencia de la Iglesia. Me pregunto, ¿la Iglesia habrá llamado a esa conciencia, de manera terminante, a los muchos patrones que en sus empresas agreden a madres gestantes, solteras, viudas, abandonadas? Es pregunta

Felipe Calderón insistió en la reunión que es responsabilidad del Estado reconocer y tutelar a la familia: “a los gobiernos nos corresponde este papel subsidiario y solidario de crear condiciones de seguridad económica, pública, social, jurídica, cultural y política, que hagan pleno su desarrollo”. Cuánto quisiera que tal se cumpliera cabalmente, desde los tres órdenes de gobierno y desde los tres poderes, repito.

El presidente reconoció, que la familia vive un entorno difícil ante el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para las Familias del Vaticano y representante de Benedicto XVI; el Episcopado Mexicano y el cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México.

Entorno difícil, no sólo en México, sino en muchos lugares del mundo. Díganlo si no las familias palestinas victimadas por el ejército israelí, las familias africanas que padecen hambre, las familias de migrantes a países desarrollados del norte de América, y de Europa, que mueren en el viaje o caen abatidas por la xenofobia extrema de grupos sociales y de gobiernos.

Sí, como dice el Presidente “Hoy las familias mexicanas enfrentan un paisaje y un ambiente de inseguridad. El crimen, la violencia y la exacerbación de la violencia amenazan la tranquilidad de quienes más queremos…” Pero es consecuencia del debilitamiento y pérdida de instituciones, repito, públicas y privadas, en mucho debido a ese individualismo y relativismo, que enferman a la sociedad, señalado por el cardenal Ennio Antonelli. 

Confiemos en que el Encuentro tenga un seguimiento que nos lleve a todos al cumplimiento cabal de los propósitos que lo motivaron y a sus conclusiones.

 

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