Notas

El fracaso del IMSS

 

El ajuste en el equipo de gobierno de Felipe Calderón no responde, por supuesto, a las exigencias de la crisis. Es una medida en la que, con varios nombres y un juego de imágenes, todo queda igual. Retirar a Luis Téllez para llevarlo como “asesor”  a Los Pinos no es más que la demostración de que la crisis política derivada de las grabaciones del ahora ex titular de la SCyT pesa, amucho en el ánimo del régimen, pero no se quiere resolver el fondo del conflicto. Y aquí es en donde Felipe Calderón tropieza con las trampas puestas por él mismo hace apenas un par de años. En los tiempos de la campaña presidencial, las grabaciones del gobernador de Puebla, Mario Marín, causaron un escándalo. Y por supuesto, todo mundo buscó sacar ventaja de esa situación Y uno de los que intentó aprovechar la situación fue el candidato panista a la Presidencia de la República. Y presentó una denuncia en contra del mandatario poblano. Y pidió la cabeza del priísta. Y quiso obtener todas las ventajas posibles. Y siempre rechazó la idea de que las grabaciones no podían servir de prueba de nada, ya que no tenían carácter legal. Ahora, cuando las grabaciones son en contra de su gobierno y dejan ver la posibilidad de que desde la administración federal se pudieran haber manipulado algunas licitaciones importantes en el área de las comunicaciones, el gobierno habla de lo ilegal de las grabaciones y pone a salvo a su funcionario involucrado en el escándalo. Una doble medida y una doble justicia. Pero eso no es todo. Como reemplazo de Téllez, el Presidente Calderón llama a Juan Molinar, quien se desempeñaba como director del IMSS. Y en ese cargo, el señor Molinar fue un fracaso, junto con Javier Lozano, secretario del Trabajo, en todo lo que se refiere a la promesa presidencial del proyecto “primer empleo”. Y fue un constante aspirante a casi cualquier cargo vacante en el gabinete. Y ahora, desde la SCyT se quiere presentar como un “fuerte aspirante” a la candidatura panista para el 2012. El gobierno realiza otros ajustes, pero carentes en realidad de importancia. Se busca más que nada, distraer la atención de los ciudadanos sobre el problema en Comunicaciones. Nadie puede con seriedad, pensar que un cambio en CONACULTA resolverá de una buena vez, la crisis por la que atraviesa el país. Así, Calderón retira una pieza del aparador público, pero la protege bajo el calor político de Los Pinos. Y mueve a sus mismos cuadros, sin que con ello se mejore en absoluto, la posición oficial…

Y en tanto esto sucede, desde la Procuraduría General de la República, Eduardo Medina Mora, quiere resolver el problema de la violencia en el país convirtiendo a los medios de comunicación en responsables de la situación. Falto de respuestas reales y evidentemente sin entender lo que es la comunicación, el procurador simplemente se pone en evidencia. Si sus asesores en la materia tuvieran una pequeña idea de lo que es la comunicación, tal vez la crisis no sería tan seria. Y si el equipo que desde Los Pinos controla toda esta área tuviera algún tipo, por elemental que fuera, de estrategia para medios, tal vez la imagen del gobierno no fuera tan pobre. Hace unos días, desde la trinchera de la banca privada, apareció el anuncio de que el país este año, decrecería 2.4%. Pero el problema se complica cuando, desde el exterior apareció la señal de que la caída sería no menor al 4%. La situación difícil, puede ser peor si se piensa que esto apareció en febrero. Y que si la caída no se detiene, la crisis podría ser aún de mayor impacto. Por ello, es que Andrés López ha redoblado su discurso sobre la crisis financiera. El tabasqueño entiende que el discurso oficial no está apegado a la realidad y pretende, sin grandes problemas, sacar ventaja de la situación. Y como la estrategia oficial especialmente en el campo de la comunicación, es inoperante, el señor López puede fácilmente, alcanzar sus objetivos que, de inicio, se fincan exclusivamente en poner nerviosos a sus seguidores, en espera de que la realidad haga el resto… Disipado el humo del debate político derivado de la reunión entre líderes y gobernadores del PRI con Felipe Calderón hace un par de semanas, lo que salta a la vista es el hecho de que, se quiera aceptar o no, la capacidad política para controlar una crisis está en el equipo priísta en el Senado. Y ello no es poca cosa.

 

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