Notas

Arranques por la «grande»; Ebrard se embellece

 

Aspirantes a contender por la Presidencia de la República en el 2012 iniciaron precampañas al inicio del actual sexenio. Empezó el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, colocándose a la cabeza de las encuestas y le siguió el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubón.

En carreras por las nominaciones, los tiempos han cambiado. Durante la era priísta, cuando el presidente en turno designaba a su sucesor, la efervescencia política sucedía a finales del cuarto año de gobierno y entre septiembre y octubre del quinto eran obligados los destapes.

En realidad, los manejos tras bambalinas empezaban, como se decía, desde cuando posaba el gabinete presidencial para la primera fotografía, pero los secretarios o “cardenales” procuraban discreción -en algunos casos excesiva- para no “quemarse” o contrariar al jefe autoritario.

Aquella práctica terminó con la pérdida priísta del poder y hoy disfrutan los contendientes de plena libertad para promover sus candidaturas y puedan lanzarse en pos de la codiciada silla, eliminado “papá” gobierno. 

Nada  impide a los priístas sus promociones personales y así se vio cómo en la precampaña pasada gastaron fortunas el gobernador Arturo Montiel y el senador Enrique Jackson, en busca de la nominación, la cual ganó Roberto Madrazo por ejercer control del partido tricolor. 

Hoy, por el PRI, el gobernador Peña Nieto es el único que se proyecta. En días recientes propuso al Congreso del Estado de México un gasto de 192.5 millones de pesos para pagos  de comunicación y fortalecimiento informativo.

En esa propuesta se considera el gasto publicitario del año electoral próximo, relativo a la elección de 125 alcaldes y 75 diputados locales. Pero representantes del PRD y PAN cuestionan ese presupuesto “por  excesivo”.

Del lado del PRD, Marcelo Ebrard se adelantó a toda la “izquierda”, incluido Andrés Manuel López Obrador, y despilfarra fortunas en pro de su imagen personal, particularmente en los canales de televisión. En al menos dos horas chacoteó con conductoras o artistas menores de ese ambiente, sin el menor recato.

Todo es con costo al erario capitalino y Ebrard no tiene empacho en reconocer que dispone de una maquillista pirateada de Televisa para embellecerse a diario, sobre todo cuando se planta ante las cámaras de televisión. Se ufana de pretender la presidencia de la república, sin especificar cual partido lo postularía.

El “Peje” López Obrador y su runfla de pillos encabezada por el “señor de las ligas” René Bejarano, la esposa de éste, Dolores Padierna, están fuera del PRD. Se refugiaron en Convergencia y el PT, actuales cachadores de tránsfugas.

El nuevo conductor del PRD, Jesús Ortega, prefiere de candidato presidencial al ex rector Juan Ramón de la Fuente, quien se resiste a incursionar en algún partido. Obvio Ebrard no es santo de devoción de los “Chuchos” por sus ligas con el “Peje” y Alejandro Encinas.

Sin embargo, Ebrard se cree el guapo de la película y gasta a manos llenas el dinero que pagamos los contribuyentes. Según información del periódico “Reforma”, el jefe de Gobierno del DF estableció un contrato con Televisa por 71.7 millones de pesos en este año, pero en su página de Internet aparecen 28 millones 439 mil 280.51 pesos, únicamente.

O sea, Ebrard lapida los fondos públicos, no para publicitar obras y servicios en las televisoras, sino para realzar su figura, sin tener un partido seguro que lo postule.

En esto debiera intervenir el Instituto Federal Electoral y parar en seco el madruguete del ex priísta e incondicional del “Peje”.

www.felixfuentes.com

 

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