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Transporte público y agua, tragedias en el Valle oriente

Luis E. Velasco Yépez /
Redacción

Décadas atrás era toda una hazaña viajar del oriente del Valle de México al Distrito Federal o viceversa.

Ya fuera Neza, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz o cualquier otro de los municipios que se ubican en esta región mexiquense.

Viejos camiones de las décadas de los 40s y 50s daban el servicio hasta San Lázaro, Topacio o El Caballito (Monumento a Ignacio Zaragoza), ubicado en los límites entre Edomex y DF.

Miles de mexiquenses no tienen alternativa para viajar a la Ciudad de México y tienen que utilizar estos servicios chatarra, caros, malos y peligrosos.

Miles de mexiquenses no tienen alternativa para viajar a la Ciudad de México y tienen que utilizar estos servicios chatarra, caros, malos y peligrosos.

Esos camiones, de grandes cafres, los llamaban trompudo; otro les decían chimecos. Para el caso era lo mismo. Se viajaba en la trompa, sostenidos de los espejos, parados sobre los biseles o colgando de las ventanillas, siempre abiertas.

Por supuestos, estos usuarios, por lo general, no pagaban pasaje, pero para muchos su tributo fue la vida.

La Calzada Ignacio Zaragoza y sus calles paralelas: Chimalhuacán y Pantitlán fueron tumbas de decenas de usuarios que caían a la carpeta asfáltica por la mala infraestructura vial.

Esas escenas no han cambiado mucho. Ahora, cientos de micros hacen los mismos recorridos con pasajeros enlatados; algunos sentados en desvencijados asientos y con permanentes sobresaltos por la inseguridad prevaleciente.

Irrespetuosos como nadie, los choferes de estos micros compiten por ganar pasaje, no por dar un servicio básico.

Los enfrenones son permanentes. Minutos u horas parecen tragedias diarias en tanto llegan a sus destinos, uno de los más socorridos, la Estación del Metro Pantitlán, donde los mexiquenses arriban sólo para continuar otro viacrucis.

Una nueva fantasma apocalíptico recorre el Valle Oriente: la inseguridad, ya tradicional, ahora agravada por los asaltos a pleno día, la exigencia de delincuentes a comerciantes del respectivo pago de piso y el aumento de consumo de enervantes entre adolescentes y jóvenes.

La Lady Mae Baker, surgida en Neza, heredó este apelativo a otros personajes que actualmente ya forma parte del diccionario policiaco nacional.

Pantitlán es, al mismo tiempo, pandemónium y Torre de Babel. Hay que recorrer los largos pasillos entre empujones durante las horas pico en corredores que son auténticos laberintos que sólo la costumbre diaria y necesidad de hacerlo los convierte en veredas conocidas.

Origen y destino, Pantitlán resume lo que es viajar del oriente del Valle de México al Distrito, como le denominan al DF.

Al igual que en décadas pasada, el transporte público sólo cambió de forma; el fondo sigue siendo el mismo.

Pero no sólo el transporte es el talón de Aquiles en el Valle mexiquense oriente. También lo es el agua, cuya experiencia atestiguó Mi Ambiente.

La conferencia sobre educación ambiental había terminado en una de las Secundarias de Ciudad Nezahualcóyotl.

Decenas de jóvenes se arremolinaron en torno al conferencista para verlo más de cerca unos; otros, para pedirle autógrafos en el Periódico Mi Ambiente que, previamente se les había repartido, y algunos más para preguntarle algo, a esa edad, tenía que ver más con su desarrollo personal que sobre el Medio Ambiente.

De pronto, uno de ellos soltó sin pensarlo mucho una pregunta inquietante:

“Porqué nos piden cuidar el agua. Primero que nos la den y luego veremos qué hacer con ella”, dijo.

La pregunta no tenía desperdicio alguno. Neza, al igual que los demás municipios de la zona oriente del Valle de México sufre sed, aún en tiempos de lluvias.

El tandeo, dotación por pipas y tener este básico sólo ciertos días es lo común en la región, cuya sobrepoblación tuvo dos vertientes: expulsión de precaristas de la Ciudad de México, sobre todo después de los sismos de 1985, y los tradicionales movimientos migratorios de los estados del centro y sur del país.

Es agua es poca, mala y, muchas veces, hasta arma política para quienes desean ganar elecciones. Agua por votos, sería la consigna.

Ecatepec, 3er lugar en pobreza; Neza, el 7

Los municipios de la zona oriente del Valle de México se encuentran entre los que tienen mayor pobreza y como si eso no fuera suficiente, también moran en una región con altísima contaminación atmosférica (aire), suelo y el agua es de pésima calidad y además, muy escasa. Tienen fallas geológicas y cada vez se hunde más el suelo, el transporte público es malísimo y reina una atroz inseguridad, por lo que el Ejército Mexicano ha tenido que patrullarla.

Otro de los aspectos alarmantes es que la región prácticamente perdió su cubierta vegetal. Además, por sus zonas salinas, la variedad de flora es muy escasa, aunque se cuenta con 140 variedades de flores. Además, su precipitación media anual es de 774 milímetros, pero la evapotranspiración es de casi el triple.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), de los 15 municipios con mayor número de pobres en el país, el oriente del Valle de México tiene en tercer lugar a Ecatepec de Morelos.

Desde luego que también aparece en este apartado nada honorable, el famoso municipio de Nezahualcóyotl. Se ubica en el séptimo por tener mayor número de personas en pobreza.

Todos los municipios de esta referida zona oriente cuenta con mucha miseria. Chimalhuacán con casi el 63 de sus moradores en pobreza, Valle de Chalco Solidaridad con 58.3, Chiconcuac con 55.5 por ciento, Chalco con 53.9 por ciento, La Paz con 48.5 e Ixtapaluca con 33.8.

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