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Se analiza el papel que desempeñaron las mujeres en la civilización maya

María Rodríguez Shadow, especialista en arqueología de género del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), busca dar visibilidad al género femenino que fue relegado por la sociedad militarista maya.

Dijo que hasta el momento se conoce muy poco de la participación de las mujeres tributarias en la civilización maya, porque fue una sociedad androcentrista en la que se ensalzaba las virtudes de los hombres como sacerdotes, guerreros, jugadores de pelota y dioses, sólo en contadas ocasiones figuraba la labor desarrollada por sus compañeras.

Los mayas, indicó María Rodríguez-Shadow, prácticamente invisibilizaron a las mujeres, a pesar de que ellas fueron fundamentales para sus alianzas con los pueblos enemigos. “En los códices y figurillas siempre aparecen los hombres en un sinnúmero de poses, pero las mujeres sólo se representan como madres y cuidadoras de niñas, cuando su función iba mucho más allá”.

Todo ello es difundido en su libro Mujeres mayas de antaño, en el que sobresale la participación de las mujeres en la política, economía, religión y ceremonias rituales y que está dividido en cinco capítulos en los que se hablará del ciclo de vida de este sector, desde el nacimiento hasta la muerte; después se presentará su participación en la producción económica, para seguir con las funciones políticas de las mujeres nobles; otro apartado será las diosas en la religión maya, y termina con el papel femenino en las prácticas rituales.

La especialista explicó que en la esfera económica su libro hace referencia a las actividades de aculturación de los hijos y las labores de mantenimiento. “Ellas eran las encargadas de vestir y dar alimento a los hombres para que estuvieran listos para la guerra”.

En tanto, las mujeres de la nobleza participaban en las ceremonias de entronización y en las de cambio de fin de ciclo. También intervenían en los rituales de sangrado sacrificial en los que se horadaban la lengua y su sangre era colocada en papeles que después se ocuparían en otro ritual dedicado a la invocación de los ancestros.

La especialista dijo que en el mundo de las deidades femeninas, quien predominaba era la diosa de la Luna, a la que le adjudicaron caracteres de protectora, cuidadora relacionada con la fertilidad y aparecía emparentada con el dios del maíz.

Añadió que “el INAH tiene un papel fundamental en la elaboración de una imagen de las mujeres a través de la arqueología, la historia, la antropología y la antropología social, porque se encarga de estudiar tanto el pasado como el presente, y las mujeres constituyen un poco más de la mitad de la población que es sujeto de estudio”.

Lourdes Prados ha señalado que la idea es “no dar a priori imágenes que son falsas o que tergiversan el papel de la mujer en las sociedades de la antigüedad”. Y puso como ejemplo la imagen de la Evolución del hombre, que muestra el desarrollo de la especie desde los prehomínidos hasta el homo sapiens. “Nadie cuestiona esta imagen donde sólo aparece un género: el masculino”.

“Nuestra intención —abundó— es que cuando los niños acuden a un museo tengan un discurso ecuánime entre los roles de género, donde se haga visibles a las mujeres y a otros grupos como los infantes y los ancianos. Es importante que los maestros, cuando acompañan a los menores a los museos, tengan claros los roles de género”.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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