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Rayos mortales, en México

Furia en el cielo; muerte en la tierra.

Furia en el cielo; muerte en la tierra.

“Chispazo de luz del cielo que en vertiginoso vuelo anuncias tempestad” y más adelante cita: “Relámpago, furia del cielo que has de llevarte mi anhelo”. Así lo dice la canción “Relámpago”, pero, en realidad, los rayos no son románticos, sino trágicos y más en México que de, acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocupa el primer lugar en el orbe en decesos por este tipo de fenómenos naturales con 223, anualmente.

Como el gobierno mexicano tiene que reportar a la OMS las muertes por rayos, desde hace 29 años, se incluyen los decesos en el Sistema Nacional de Información de Salud y en ese lapso han muerto 7 mil 362 individuos.

Aunque se desconoce el número de mexicanos que les cae un rayo al año, la Asociación Nacional de Normalización y Certificación del Sector Eléctrico asegura que en los últimos años se registraron, cada año, 2 mil individuos con graves lesiones por esa causa. También se desconoce quienes reciben lesiones ligeras y los que resultan ilesos. En el mundo, unas 300 mil personas se salvan.

Entre una de esas personas que tuvo esa suerte está, nada menos que uno de los grandes reformadores de la iglesia católica, Martin Lutero, quien creó un cisma e hizo temblar al propio Papa, por lo que lo excomulgó.

En México, mi compañero y buen amigo, Xosé Castorena, salió ileso tras recibir un rayo, pero se volvió un poquito distraído y le dio por desarrollar el intelecto, escribir cuentos y pintar. Como que estaba más allá del bien y el mal.

De acuerdo con la OMS, sólo 10 por ciento de las personas víctimas de los rayos, muere y 70 por ciento registra lesiones graves.

En lo que se refiere al número de muertes por rayos al año, el primer lugar corresponde a México; el segundo, Tailandia, y el tercero se lo disputan países del sur de África.

DE ELLOS SE DICE
Sobre los rayos se dice que matan y cuando no, atarantan. Aunque ciertamente son más lo que se salvan de morir achicharrados, como decimos los mexicanos.

Estudios científicos señalan que cuando alguien muere al recibir la descarga de un rayo es porque se le paraliza el corazón, aunque después casi se queme.

Hablando sobre el particular, he escuchado varias veces una máxima que dice: Te salvas del rayo, pero no de la raya.

Por tener una personalidad tan atrayente, el número de hombre que muere a causa de un rayo es 400 por ciento superior al de la mujer.

Entre los varones favoritos de los rayos están aquellos cuyas edades oscilan entre los 10 a 19 años.

Dentro de la meteorología, la disciplina que estudia todo lo relacionado con los rayos se denomina “ceraunología”.

¡RAYOS!
De acuerdo con Wikipedia, el rayo es una poderosa descarga natural de electricidad estática, producida durante una tormenta eléctrica; genera un «pulso electromagnético». La descarga eléctrica precipitada del rayo se acompaña de la emisión de luz (relámpago), causada por el paso de corriente eléctrica que ioniza las moléculas de aire y por el sonido del trueno, desarrollado por la onda de choque. La electricidad (corriente eléctrica) que pasa a través de la atmósfera calienta y expande rápidamente el aire, produciendo el ruido característico del trueno. Los rayos se encuentran en estado plasmático.

Los rayos son producidos por partículas positivas en la tierra y negativas en nubes de desarrollo vertical, llamadas cumulonimbos. Cuando un cumulonimbo alcanza la tropopausa, las cargas positivas de la nube atraen a las cargas negativas; este movimiento de cargas a través de la atmósfera constituye los rayos. Esto produce un efecto de ida y vuelta; se refiere a que al subir las partículas instantáneamente regresan causando la visión de que los rayos bajan.

La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es de 1 en 2’320,000. En promedio, un rayo mide 1.5 kilómetros, aunque existe el registro de uno en Texas que alcanzó 190 kilómetros de longitud. La diferencia de potencial es mil millones de voltios respecto al suelo. Al año, hay 16 millones de tormentas con rayos.

Otras fuentes señalan que un rayo alcanza mil millones de vatios de electricidad y que el calor que genera puede ser superior a los 27 mil 700 grados Celsius, o sea, de 4 a 5 veces más la temperatura de la superficie del Sol. El rayo cae a una velocidad de casi un millón de veces la velocidad del sonido.

POSITIVO
No todo lo relacionado con el rayo es violencia, lesiones y muertes. También tiene su lado bueno. El Relámpago del Catatumbo, Venezuela, se dice que tiene la fábrica de ozono de la Madre Naturaleza. Aquí, se registran 1’176.000 relámpagos por año, lo que produce 10 por ciento de la capa de ozono del Planeta. En Estados Unidos se tienen más de 25 millones, el segundo sitio le corresponde al Himalaya y el tercero a África.

Si empezamos con los versos de una canción mexicana, terminaremos la frase de Radall Jarrell: “Un buen poeta es alguien que al pasar la vida entera expuesto a las tormentas, logra que lo fulminen cuatro o cinco rayos”.

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