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México: la derrota de Zapata

“Sembrar maíz para cosechar casas”, pareciera ser el destino de México.

“Sembrar maíz para cosechar casas”, pareciera ser el destino de México.

Bastaron sólo 37 años y 16 titulares para que la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) desapareciera, en la práctica, y con ello, enterrara también los sueños de Emiliano Zapata para quien, ahora sí, “de nada valió su sacrificio”, como se comentaba décadas atrás.

Creada por el presidente Luis Echeverría Alvarez, en 1975, para favorecer la precandidatura presidencial de su amigo Augusto Gómez Villanueva, quien trató de identificarse del todo, hasta en el bigote, al Caudillo del Sur, la SRA surgió del antiguo Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (DAAC).

La administración de Felipe Calderón la puso en la picota, pero se mantuvo vigente con Abelardo Escobar Prieto como su último titular.

Ahora, la SRA pasó a ser Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y su nuevo titular, Jorge Carlos Ramírez Marín, le dio el giro para convertirla en dependencia más bien ordenadora de la construcción de vivienda que de defensa campesina.

La razón parece lógica. En el último medio siglo, México pasó de ser un país rural y semirrural a eminentemente urbano, aunque todavía se mantenga un 25 por ciento de la población en el medio rústico.

“La tierra es de quien la trabaja”, había dicho Zapata, y su primera derrota se la recetó Maltus con su teoría de crecimiento geométrico de la población.

México cuenta ahora con unos 116 millones de habitantes (dato no oficial) y el Estado de Morelos, cuna del zapatismo es, actualmente, entidad urbana más que agrícola, y recreativa más que pecuaria.

En los casi siete meses de administración que lleva Ramírez Marín al frente de la Sedatu no existe mensaje alguno directo de defensa de los campesinos, sino sólo en forma indirecta.

En cambio, su discurso es de reorden del territorio nacional tomando como base la construcción de viviendas.

Ramírez Marín es más cercano a los grandes desarrolladores de vivienda que a los productores de granos básicos y especies pecuarias.

En México, la agricultura se realiza en 4 millones de unidades productivas que ocupan aproximadamente 21 millones de hectáreas, de los casi 200 millones con que cuenta el territorio nacional.

El 84 por ciento de los responsables de las unidades de producción agrícolas y forestales son hombres; 26 por ciento son hablantes de lengua indígena, según información de la Financiera Rural (Finrural).

En términos de estructura poblacional, en los próximos años, según las proyecciones actuales, la pirámide se engrosará notablemente en su parte media hacia el 2030 lo que implica que alrededor de estos años la plenitud del bono demográfico alcanzará su nivel más alto, y hacia el 2050 lo hará en su parte media alta, reflejando el proceso de envejecimiento de la población para entonces.

De acuerdo con las proyecciones por grupos de edad realizadas por el Census Bureau, habrá una base de la pirámide más ancha, en 2025 y 2050, esto es que la población en edad laboral continuara´ creciendo de forma importante aún en aquel año y sin una tendencia clara en las tasas de natalidad como sí la marcan las proyecciones vigentes.

Las implicaciones sobre las necesidades futuras de vivienda, utilizando como referencia para las proyecciones a futuro, la proporción de hogares respecto a la población total, en 2020, el número de hogares será de 38 millones y para 2030 llegará a 45 millones, esto implica un aumento de 4 a 6 millones, respectivamente, sobre las proyecciones anuales del Consejo Nacional de Población (Conapo), según datos del Consejo Nacional de Organismos Estatales de Vivienda, A. C. (Conorvi).

De esta forma, la producción de vivienda compite, frontalmente, con la de alimentos.

Acerca de José Manuel López Castro

El autor no ha proporcionado ninguna información.

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