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Más sabe el diablo por viejo que por diablo

Retos del envejecimiento poblacional

De acuerdo con el censo 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y según las proyecciones 2010-2050 del Consejo Nacional de Población (Conapo), en México viven 12 millones 85 mil 796 personas adultas mayores, lo que representa el 10 por ciento de la población nacional.

Al invertirse la pirámide poblacional, que da pauta al incremento de este grupo de población, aproximadamente, al día, 800 personas cumplen 60 años.

De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 1950 el porcentaje de envejecimiento entre la población mexicana fue de 7.1 por ciento; en 1975, descendió a 5.7; en 2000, subió a 6.9; en 2025, se incrementará a 13.9 por ciento, y en 2050, a 26.5 por ciento.

En 2020, se vivirán, en promedio, 78 años, y 81, en 2050; “es decir, para entonces más de la cuarta parte de la población en México será vieja”, afirmó Rosaura Avalos Pérez, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (Ents) de la UNAM.

Para la académica, las proyecciones de vida son mayores para las mujeres: en 2030 podrán vivir, en promedio, 80 años o más; en tanto que ellos, sólo 76.6.

Es importante destacar que la vejez tiene un rostro predominantemente femenino. A pesar de que nacen más hombres que mujeres, la relación tiende a igualarse a determinada edad (entre 20 y 24 años en México) debido a que en todos los grupos de edad los hombres mueren más que las mujeres, lo que incide en una mayor proporción de ellas en las edades adultas y, sobre todo, en las avanzadas. Entre las personas de 60 a 64 años hay 112 mujeres por cada 100 hombres, y llega a alrededor de 125 por cada 100 entre 75 y 79 años.

SIGNOS DEL ENVEJECIMIENTO
Según André Maurois, novelista y ensayista francés, cuando nos referimos al envejecimiento, hablamos de un proceso natural, gradual, continuo e irreversible de cambios a través del tiempo.

Estos cambios se dan en el nivel biológico, psicológico y social, y están determinados por la historia, cultura y condiciones socioeconómicas de los grupos y las personas. Por ello, la forma de envejecer de cada persona es diferente.

Entre los signos que determinan el envejecimiento de las personas se tienen:

La edad física: cambios físicos y biológicos que se presentan a distintos ritmos, mismos que dependen del sexo, lugar de residencia, economía, cultura, alimentación, tipo de actividades desarrolladas y emociones.

La edad psicológica: cambios en las emociones, sentimientos, pensamientos y el significado que para cada persona tiene la vejez. Adicionalmente, se presentan cambios en los procesos psicológicos, como la memoria o el aprendizaje.

La edad social: relacionada con los significados de la vejez, diferentes para cada grupo humano, según su historia, su cultura y su organización social.

ECONOMÍAS ENVEJECIDAS
La educación impacta directamente en la calidad de vida de la población y los adultos mayores no son la excepción. Quienes enfrentan la vejez con un nivel de instrucción adecuado poseen más herramientas para responder activamente y adaptarse a los retos y oportunidades de esta etapa del curso de vida.

Si bien en México se han logrado incrementos sustantivos en el nivel educativo de la población, los adultos mayores son depositarios de los rezagos acumulados por décadas, lo que los ubica en una situación de desventaja con respecto a otros grupos.

Dentro del marco de la segunda reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, celebrada del 6 al 9 de octubre de 2015 y organizada por la Cepal y el Gobierno de México, a través del Conapo, uno de los temas que se discutió fue “El desarrollo integral de los adultos mayores”.

Según Dirk Jaspers, director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade)-División de Población de la Cepal, dijo que el consumo de la población de 65 años y más superará por primera vez al de los menores de 20 años hacia el año 2030 en Cuba y Chile y hacia 2045 en Colombia, Brasil y México. Finalmente, en 2060 este fenómeno denominado de “economías envejecidas” se habrá extendido a toda la región, con la excepción de Bolivia, Paraguay y algunos países del Caribe.

En nuestro país, la falta de empleo es un problema que enfrentan no sólo los jóvenes, sino también los adultos mayores. La reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) revela que un millón 257 mil mexicanos de 60 años y más no trabajan ni buscan activamente un empleo por considerar que no tienen oportunidad de encontrarlo, pese a tener interés de incorporarse a las actividades productivas del país.

Uno de los problemas que enfrenta el adulto mayor es que presenta alguna enfermedad que le impide al 100 por ciento trabajar.

Pedro Borda, presidente de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), consideró que la mayor parte de la población de la tercera edad que ha tirado la toalla en la búsqueda de empleo lo ha hecho luego de más de un año de buscar una oportunidad para insertarse en el mercado laboral, sin conseguirlo.

Consideró que una de las causas de la discriminación a este sector es la falta de adiestramiento para manejar herramientas tecnológicas; sin embargo, destacó que esta competencia puede desarrollarse con capacitación.

ACCIONES DEL GOBIERNO HACIA LOS ADULTOS MAYORES
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) busca asegurar que las personas adultas mayores de México puedan ejercer sus derechos, valer su experiencia y habilidades para tomar ventaja de las oportunidades que se encuentran en sus ámbitos de influencia en la vida cotidiana (trabajo, familia y sociedad), disfrutando un nivel de vida y bienestar.

Uno de los principales ejes rectores que propone el Gobierno de la República es lograr un México incluyente. Es por ello que el Inapam ha establecido programas dirigidos a personas de 60 y más años de edad que quieren mantenerse activas.

La Vinculación Productiva del Inapam busca asegurar la instrumentación de programas para promover empleos y trabajos remunerados y actividades lucrativas o voluntarias para las personas adultas mayores, conforme a su oficio, habilidad o profesión, sin más restricción que su limitación física o mental.

El Inapam ha mantenido una relación con los prestadores de servicios y empresas que desean incorporar a las personas de 60 y más años de edad, logrando sensibilizar a la sociedad y en especial a los empresarios para que promuevan oportunidades de inclusión laboral para este grupo etario.

Estas empresas reconocen la experiencia de las personas adultas mayores incorporándolas al mercado laboral brindando:
a) Sueldo base
b) Prestaciones de Ley
c) Contrataciones por hora, jornadas o proyecto y/o servicios
d) En algunos casos prestaciones superiores a las de la ley

Empleos como: Anfitriones, administrativos, atención de servicio a clientes, ventas, agentes de reservaciones, animadores, asesores financieros, baristas, cajeros, contadores, meseros, secretarias, recepcionistas, hostess, operadores telefónicos, mensajeros, personal de limpieza y seguridad, administradores de condominios, ayudantes generales, supervisores, promotores, etc.

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