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Agroexportadores controlan proceso de producción y abasto a EU

Ricardo Chávez e Ignacio Ortega,
Colaboradores invitados

En el sur de Sonora, empresas agroexportadoras de jitomate, calabaza y chiles, así como su empacado y transporte a los centros de consumo, son controlados desde el mismo cultivo a través de módulos con infraestructura de fertirrigación, tipo invernaderos, que llegan a cubrir superficies de hasta 300 hectáreas, donde laboran 2 mil jornaleros en momentos de mayor actividad durante los cortes de chile, calabaza y jitomate, sembrados, cultivados, cosechados, empacados y transportados a los centros de abasto de los mercados del sur de Estados Unidos.

Estos cultivos se cosechan cada 6 meses, donde laboran jornaleros agrícolas, ingresados y regresados a su lugar de origen, en los Valles del Mayo y Yaqui, Navojoa, Villa Juárez, Elchojoa, Quetchehueca, Tobarito, Pueblo Yaqui y comunidades circunvecinas a la Comunidad Yaqui, donde todos los días son traídos a las empresas agroexportadores y regresados en más de 50 camiones acondicionados dentro de los márgenes de seguridad. Por cada jornalero, la empresa les paga a los choferes de cada camión, 20 pesos.

Algunas de estas empresas para garantizar el empaque de sus cosechas traen ex profeso personal especializado en estas actividades de Sinaloa, quienes se quedan a trabajar toda la temporada de cosecha y empaque, a quienes le proporciona cuartos cercanos al lugar de trabajo para que vivan en ellos con sus respectivos servicios. Además, cuentan con restaurantes para el servicio de trabajadores estacionales, dormitorios y bonificaciones por los gastos de pasaje.

Los trabajadores laboran jornadas extras, según la exigencia de riego, cultivo, corte, envasado y carga a transportes, atendiendo la emergencia del corte, empacado y transporte de los producto hortícolas.

En cuanto al mantenimiento y cultivo de las plantaciones, en el caso de uso de agroquímicos, al jornalero se le explica sobre su uso y manejo y les proporcionan equipo de trabajo y mascarillas.

En el caso de las cosechas de chile, jitomate y calabaza, se les apoya con cajas de plástico, donde se echa el producto del corte que recoge un transporte conocida como “cama baja”, que lo lleva hasta el lugar de empacado, para clasificarlo según las medidas exigidas por el mercado de exportación, llegando a llenar unos 15 tráileres, cuyos productos son refrigerados para salir rumbo al centro de distribución a Estados Unidos.

En cada jornada e ingreso a sus labores, los jornaleros son identificados por un sistema electrónico, donde ponen la huella digital, a través del cual se da por registrada su entrada, por un salario de $120.00 pesos diarios.

La empresa cuenta con personal para asistir al trabajador en caso de accidente o enfermedad, función que cubren enfermeras o doctores pasantes. De igual forma, cada trabajador que ingresa a laborar cuenta con su registro y atención del Seguro Social, en caso de un accidente de trabajo grave.

Dadas las exigencias de los mercados de Estados Unidos y otros países a los productos de exportación y reglas del mercado establecidas en los compromisos del TLCAN, firmado por EU, Canadá y México, las empresas agroindustriales, exportadoras de legumbres, buscan mejorar los procesos de producción, empaque, transporte y organización del proceso productivo y relaciones laborales para garantizar las reglas del mercado.

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