En Ambiente

El recuento

El fin de semana pasada, la ciudad de México fue la sede del evento más anunciado y comentado de lo que va del año: el Corona Capital, festival que albergó a más de 85 mil personas en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

El festival abrió sus puertas a las 10 de la mañana, y dio inicio con Little Ethiopia, Black Fo y Madame Recamier, aunque se notó un incremento relevante de gente para las apariciones de Bengala, Javiera Mena y Quiero Club.

Para este momento, ya pasaban de las dos de la tarde, con un clima que no parecía de octubre: sol, calorcito, música, bebidas refrescantes; no se podía pedir mucho más, aunque las ansias de los grupos más esperados aumentaban conforme avanzaba el cartel.

Ximena Sariñaga

La tarde se la llevó el Corona Stage (escenario principal): Ximena Sariñana, Austin TV y Mogwai, ya después, la competencia era más fuerte, prácticamente al mismo tiempo (considerando el tiempo que tardabas en trasladarte) se presentaron Cansei de Ser Sexy, Coheed and Cambria y los Editors.

 

Ahora sí, de lo más esperado comenzaba: un excelente espectáculo melancólico liderado por los británicos Tom Smith, Chris Urbanowicz, Edward Lay y Russell Leetch – los Editors-; sin más preámbulo, lo primero que sonó fue Camara, seguido por Bones, aunque definitivamente la canción más coreada fue Munich: “you speak when you’re spoken to”…

Empalmándose con los Editors, The Rapture salió al escenario, y desde los primeros acordes hicieron bailar a todos los fans y a uno que otro perdido que luchaba por atravesar hacia el otro escenario; dieron un gran espectáculo en el que por supuesto no pudo faltar “House of Jealous Lovers” (nada más de acordarme, mi cuerpo empieza a bailar mientras escribo).

Pero los fans de The Rapture no fueron los únicos que bailaban en ese momento, en el otro escenario sonaba Moby con “In my Heart”, “Bodyrock”, “Raining Agen” y con dedicación especial hacia nuestro país “Porcelain”.

La noche había llegado, los caminos hacia los escenarios se iluminaban de colores mediante lámparas hechas con botellas reciclables, la gente se trasladaba hacia el Capital Stage, donde por primera vez en México se escucharía la voz de Beth Gibbons acompañada por la guitarra de Geof Barrow y la batería de Adrian Utley.

Definitivamente, Portishead se llevó la noche, y para mi específicamente con “The Rio” y “Wanderign Star”, aunque había mucho de donde escoger: “Machine Gun”, “Glory Box”, “Cowboys” o el cierre con “Roads” y “We carry on”.

Después de la calma, y esa sensación tan especial que deja escuchar a Portishead, combinado con unos excelentes visuales (insisto “The Rip”) y luces que te trasladan a otro estado de la conciencia, hubo un momento de silencio, para trasladarse nuevamente hasta el otro lado y esperar el cierre de tan buena noche.

Tardándose un poco más de lo que sus fans esperaban, finalmente The Strokes salió al escenario, disculpándose por un español precario, Julian Casablancas interactúo con el público en lo que tomaba aire para seguir dando un gran show, mientras recorría desde el primer disco “Is this it” hasta su más reciente álbum “Angels”.

Terminando el evento, lo único que pude pensar es que era cosa del destino que el boleto de ese festival llegara a mis manos, y que las Moiras no pudieron haber acertado más, en lo que fue una excelente noche.

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