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Sin inversión privada se detiene progreso de la ciencia en México

 

José Franco, director general del Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología menciono que el Informe Mundial de la UNESCO sobre la Ciencia, señala que este reporte está enfocado en detallar impactos sociales de la ciencia, siendo tres aspectos esenciales a considerar y es que la ciencia debe ser un bien público, por lo tanto los gobiernos estatales y las empresas deben priorizarla.

Detalló que para ser México una nación competitiva e innovadora de debe crecer en 15 veces la inversión privada en ciencia, tecnología e innovación (CTI) y en dos veces la inversión pública, -que en los últimos tres años aumento en un 30%- y así se llegará a niveles de países desarrollados, pero la realidad indica que ello no será un cambio en el corto plazo, ya que ninguna nación pasa del 1% de su Producto Interno Bruto (PIB) en CTI sino que dependen de sus empresas.

Recordó que en México se tienen unos 150 mil investigadores y eso solo es una tercera parte de lo requerido, de ahí que todo se englobe a que los cambios serán lentos en el avance de ser una real nación del conocimiento.

Expuso que ciencia y sus aplicaciones no pueden ser ámbitos separados y no debe privilegiarse algún sector de la ciencia sino el generalizarla. Ya que no existe desarrollo sustentable sin ciencia y esto es fundamental para el planeta; de ahí que la CTI debe tener una dimensión ambientalista para tener conciencia de la realidad del contexto, así como es tener en cuenta la dimensión social por ser protegida ello en los aspectos de saber tener una humanidad sana. Y finalmente es la sustentabilidad económica con conocimiento que impacte a los sectores productivos nacionales desde sus comunidades rurales.

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En la presentación del Informe Mundial de la UNESCO sobre la Ciencia, se señaló que “en los últimos cinco años se han producido importantes cambios geopolíticos con repercusiones significativas para la ciencia y la tecnología”, como son  la Primavera Árabe en 2011; el pacto nuclear con Irán en 2015; y la creación de la Comunidad Económica de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) en 2015.

Al respecto, Nuria Sanz, directora y representante de la oficina de la UNESCO en México, explicó que los países están bajando en su inversión en ciencia como es Gran Bretaña y quien más ha crecido es Corea del Sur; además se revela que la técnica tiene gran relación con la educación, la productividad, y existen cifras muy elocuentes como es China e India que se han vuelto semilleros biotecnológicos. Pero con diversos problemas como es que las patentes continúan en pocas manos, ello en países en vías de desarrollo.

También, comentó que este estudio identifica a las crisis medioambientales — de origen natural o de carácter antrópico– como un factor que ha influido en la política y gestión de la ciencia, tecnología e innovación en los últimos cinco años, dada la necesidad de los gobiernos de adoptar estrategias de respuesta.
el documento indica que la que la energía se ha convertido en una preocupación de primer nivel: “La Unión Europea, los Estados Unidos, China, el Japón, la República de Corea y otros países han endurecido la legislación nacional en los últimos años para reducir sus emisiones propias de carbono, desarrollar fuentes de energía alternativas y promover una mayor eficiencia energética”.
En el caso de América Latina, aunque “las tasas de crecimiento han comenzado a estancarse o incluso, en algunos casos, a contraerse”, existen en la región iniciativas políticas y estructuras institucionales para promover significativamente la ciencia y la investigación.
“Estos países han dado grandes pasos en cuanto al acceso a la enseñanza superior, la movilidad científica y la producción científica. (…) De cara al futuro, la región podría estar bien posicionada para desarrollar un modelo de excelencia científica capaz de apuntalar el crecimiento ecológico, combinando para ello sus ventajas naturales en el ámbito de la diversidad biológica con sus puntos fuertes en materia de sistemas de conocimiento indígenas (tradicionales)”, (pág. 6, resumen ejecutivo).
Por su parte, Enrique Cabrero, director general del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt) expuso que el gasto global en desarrollo tecnológico va por arriba del crecimiento promedio mundial de las economías y ello provoca que la brecha tecnológica de los países desarrollados y subdesarrollados. Ejemplificó que en el caso de México el gobierno ha aumentado el presupuesto del sector en un 30%. Siendo un aspecto a resaltar las becas a jóvenes científicos, creación de nuevos centros de investigación enfocados a diversos sectores como es la aeronáutica y energía.

En las conclusiones destacan algunos aspectos:
– El contraste entre  “el deterioro del compromiso público con la I + D en numerosos países desarrollados (Canadá, Reino Unido, los Estados Unidos, etc.) y “la cada vez más generalizada convicción, en los países emergentes y de ingresos más bajos, de que la inversión pública en I + D es indispensable para  generar conocimiento y desarrollar tecnología”, (pág. 38).
– También del informe se desprenden interrogantes: “Cada vez más países se enfrentan a una serie de dilemas comunes, tales como la dificultad de encontrar un equilibrio entre la participación local e internacional en investigación, o entre la ciencia básica y la aplicada, la generación de nuevos conocimientos y de conocimientos comercializables, o la oposición entre ciencia para el bien común y ciencia para impulsar el comercio”, (pág. 39).
– Destaca en este periodo el papel de Internet: “El sistema de investigación académica y de enseñanza superior se está internacionalizando rápidamente, y esto posee importantes implicaciones en los tradicionales mecanismos de organización y financiación, que son de carácter nacional”, (pág. 40).

Acerca de Juan Carlos Machorro

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