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Muestra el Templo Mayor joyas prehispánicas inéditas

Una escultura en forma de cabeza de serpiente, creada durante el gobierno del tlatoani Moctezuma I, así como los restos óseos de un ave encontrados en una ofrenda asociada al monolito de Tlaltecuhtli, ambos de más de 500 años de antigüedad, serán exhibidos por primera vez en la exposición Museo del Templo Mayor. 25 años recuperando nuestro pasado,

            La muestra museográfica, que se integra por 24 piezas arqueológicas y alrededor de 150 imágenes, hace un recuento de más de tres décadas de investigación en torno a la cultura mexica y sobre la creación de este recinto que alberga dos de los monolitos más representativos de Tenochtitlan: la diosa lunar Coyolxauhqui, y la deidad de la tierra Tlaltecuhtli.

La exposición, presentada por Carlos Javier González González, director del recinto, forma parte de los festejos por el 25 aniversario del Museo del Templo Mayor, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que fue inaugurado el 12 de octubre de 1987 y que a la fecha tiene registros de más de 60 mil visitantes de forma anual.

En esta exhibición destacan dos piezas prehispánicas de gran valor histórico: la escultura de una cabeza de serpiente, única por la excelente conservación de sus pigmentos, y el esqueleto completo de un ibis, ave que según los especialistas fue relacionada por los mexicas con la muerte, los guerreros y el inframundo.

La primera pieza —de 43 cm de largo, 28 de ancho y 27 de alto— fue encontrada a finales de 2011, en el predio Plaza Manuel Gamio, frente a la plataforma circular que posiblemente sea uno de los cuauhxicalcos (edificio ceremonial) que hubo en el Recinto Sagrado de Tenochtitlan.

Fue descubierta en un relleno de tierra correspondiente a la etapa constructiva IV-A de Templo Mayor (1440-1469), como parte de las labores de salvamento que realiza el Programa de Arqueología Urbana (PAU), que dirige el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez.

“La escultura —dijo— está tallada en piedra de tezontle rojo y recubierta con estuco, tiene las fauces abiertas de entre las que sale su lengua bífida, así como escamas en la parte inferior y en los laterales, y conserva 80 por ciento de sus pigmentos —negro, blanco, ocre y azul— gracias al baño de cal que la cubría y que ayudó a preservarlos”.

En tanto, los huesos del ave fueron descubiertos en 2009 en el predio Las Ajaracas, como parte de la Ofrenda 128 —localizada al oeste de donde se halló el monolito de Tlaltecuhtli tres años antes—, en una estructura escalonada en forma de pirámide invertida que simulaba la entrada al inframundo. Los restos del ibis espatulado o pico de espátula datan de 1440-1481.

Museo del Templo Mayor. 25 años recuperando nuestro pasado consta de siete módulos temáticos que versan sobre el origen, características y actividades que realizan cada uno de los departamentos que integran el espacio museístico, entre ellos: el Proyecto Templo Mayor y el PAU, de restauración, museografía y curaduría, así como las áreas de promoción cultural y de servicios educativos.

“La primera sección se refiere al área curatorial, encargada del control y registro de la colección del museo (que asciende a 15 mil objetos arqueológicos), así como los procedimientos y selección de piezas para su exhibición fuera de él”, explicó David García Aguirre, museógrafo y curador de la exposición.

Al respecto, se muestran cuatro de las piezas prehispánicas que más han itinerado en exposiciones presentadas en Alemania, Estados Unidos, Japón, España, Italia, Chile y Austria; se trata de la Olla Tláloc (dios de la lluvia), una olla que representa a Chicomecóatl (diosa del maíz), un caracol de basalto y un vaso de piedra verde que simula a Mictlantecuhtli, dios de la muerte, todos ellos recuperados entre 1978 y 1982.

Cabe mencionar que 15 piezas arqueológicas que se encuentran expuestas de forma permanente en el museo, serán destacadas con mayor detalle en información y con la colocación de gráficos a su alrededor, para indicar que forman parte de esta exposición conmemorativa.

Sobresalen la escultura del guerrero águila, la Olla Tláloc, las esculturas en piedra de los dioses Huehuetéotl y Mayahuel (deidades del fuego y del maguey, respectivamente), el monolito de la diosa Coyolxauhqui, las almenas en forma de caracoles cortados que originalmente decoraban la parte superior del Calmécac (colegio prehispánico para hijos de gobernantes), y algunos azulejos coloniales, entre otros.

El Museo del Templo Mayor se localiza en calle Seminario, No. 8, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Horario: de 9:00 a 17:00 de martes a domingo. Costo: 57 pesos. Entrada gratuita para personas mayores de 60 años de edad y menores de 13, pensionados, jubilados, maestros y estudiantes con credencial vigente. Domingo: entrada libre a público nacional y extranjeros residentes.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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