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Gibas de agua

depre739
Estrella marina. Acrílica sobre cartulina. 28 x 21.5 centímetros.

JUAN DE LA COSA

Ojos cuajados de estrella.

De profeta el nombre, en el agua la fe y sobre ella transita. Un caballito de madera alada es el sostén para ver el lucero que hala futuros inmensos.

Mapas, astrolabios, cuadrantes, soportes del saber, del quehacer continuo. Indomable el empuje de quien participa y detalla: traza sobre el mar de papel su perfil , la signatura de su nombre.

SEXTANTE

Arco de 60, confluencia de astro y horizonte, lazarillo metálico de espejos hermanados para mostrar la ruta, para fijar el trayecto.

ALMIRANTE

Enamorado de un horizonte nuevo, donde Cipago y Catay guían las proas para abrir la cuarta tierra ante sus ojos asombrados.

VOLUNTARIOS CATALANES

I.-Determinación transportada en los lomos del mar, aventura llevada a California. Túmulos las aguas, obeliscos las algas.

Corrientes -esperanza y fin- transformadas en nichos donde preservar el ímpetu aventurero acompasado por las ondas.

Ninguno de sus barcos regresará a los lares, a la distante Catalunya -la de los vinos sacros-, la del sol del mediodía transportado a Nueva España.

Húmeda mortaja cobija los sueños inconclusos de la avanzada suspendida, inmovilizada en la espera del viento, de su día; ante el mar calmo: una plegaria.

II.-Inmensa soledad por sudario, pesada la cobertura tanto más lejana es esta planicie ajena al espacio patrio. Destino anejo al dolor, firme la voluntad en su gloria de velámen mústio.

GALEON DE FILIPINAS

Ir y venir; lleva, trae; impulso inquieto que con sus quillas hiere las olas desconocidas, abiertas ante el afán febril.

«EL SAN JOSÉ»

I.-Brutal remolino viridina, mortaja nunca completa, destrucción en abanico, colorido de vida presagio de muerte. Espuma color de rabia, furor esmeralda, ira interrumpida colorida en índigo.
Es el segundo eternizado en la destrucción pospuesta, lindero entre el es y el fue.

II.-Profesía peregrina sobre la línea invisible que nivela el derrotero hacia el seno seguro de un muelle perdido.

III.-La proa guiada por la curva imaginaria apunta a su estrella pese a la bruma, por su historia mínima apenas naciente.

EL KURO-SIVO

Un trapecio de agua es el derrotero: por abajo el ira, por arriba regresar.

Castillos de madera de vientres combados, tensas las jarcias, palos y timón; vientos en la esperanza hinchan las velas y con la fuerza de los brazos doblegan quietudes.

Regresa, transita; cursa el Kuro-Sivo.

Acerca de Víctor Manuel López Wario

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