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Constructor de la patria, la impronta de Morelos

Tras entrevistarse con Miguel Hidalgo en octubre de 1810, José María Morelos y Pavón, un simple cura de un pueblo pobre de la Tierra Caliente, sin dotes visibles de ser un gran pensador o un avezado militar, se convirtió en el primer caudillo de la historia mexicana que puso en jaque al gobierno virreinal con tropas salidas de la nada, y fue el primero en imaginar el funcionamiento político de un país independiente que llamó América Mexicana, destacó el historiador Salvador Rueda Smithers.

Esa impronta del prócer nacido en la antigua Valladolid (hoy Morelia, al occidente de la capital mexicana) en la historia nacional se presenta en el Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec, en la exposición José María Morelos y Pavón. Generalísimo de los ejércitos de la América Mexicana, inaugurada por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien estuvo acompañado por Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública; Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, y Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Esto como parte de los actos conmemorativos por el 250 aniversario del nacimiento y 200 del fallecimiento de José María Morelos y Pavón; por ello, el INAH exhibe indumentaria, publicaciones, armas y documentos de Morelos y de la época de la Guerra de Independencia, así como óleos, grabados y dibujos que han interpretado al Siervo de la Nación durante dos siglos.

Más de 250 piezas integran la exhibición. Su principal corpus procede del acervo del MNH y de otros museos del INAH, como la Casa de Morelos (Morelia, Michoacán) y el Regional de Guanajuato (Alhóndiga de Granaditas), así como del Nacional de Arte y de colecciones privadas. Presenta una doble línea discursiva: la biográfica y la artística.

sep morelos

La curaduría estuvo a cargo de Miriam Kaiser, especialista en artes plásticas; los historiadores Erandi Rubio y Jaime Reyes, y Salvador Rueda, director del Museo Nacional de Historia, quien dijo que el montaje inicia, historiográficamente, en la mitad del siglo XVIII y termina con el fusilamiento de Morelos, pero enfatiza en 1810-1815, periodo en que el cura de Carácuaro condujo la lucha y se determinó la creación de la nación. “Le brindamos el homenaje por esos 50 años de vida, pero básicamente por esos cinco donde nos imaginó libres”.

Los ejes temáticos ahondan en la vida y obra de quien fuera jefe del Ejército Insurgente del Sur. “Morelos, el hombre” narra datos relevantes sobre su infancia, su apariencia física y anécdotas del origen de un rasgo personal y su representación iconográfica: el pañuelo o el paliacate en la cabeza.

“La sombra de la guerra” aborda sucesos como la entrevista de Hidalgo con Morelos y la aparición de éste en la gesta armada para encauzar el torbellino independentista que encabezó el Padre de la Patria a lo largo de cuatro meses y el temor de que Napoleón Bonaparte invadiera la América.

La toma del fuerte de San Diego de Acapulco, por parte de quien no tenía experiencia en el asalto a una fortaleza, forma parte de la sección “Campañas del sur”, donde se habla del cañón “El Niño”, la primera pieza de artillería del Ejército Insurgente del Sur, un pequeño obús para salvas que se utilizaba en festejos campiranos y que los hermanos Galeana, hacendados de Tecpan, donaron a la insurgencia.

Según los historiadores del siglo XIX, Morelos se caracterizaba por su capacidad de recuperarse rápidamente de cualquier pérdida, al grado de que el enemigo no sabía dónde estaba ni cuál sería su siguiente golpe; aprovechaba la geografía de la región, la cual conocía a la perfección, y se daba tiempo para poder escribir y mantener la moral de su ejército, además de seguir siendo un cristiano devoto. Completan los módulos temáticos: “Surianos en armas”, “Recuperar la fuerza”, “El nuevo orden político”, “La Constitución de Apatzingán” y “El final”.

Pese a ser parte de la lucha armada, el artífice de la Constitución de Apatzingán nunca dejó de ser un cura, pero no buscaba la utopía renacentista de la perfección cristiana, él era un político pragmático, católico sí, que pretendía que la primera manera de relacionarse entre las personas fuera a partir de los preceptos morales del cristianismo.

Al nombrarse Siervo de la Nación, Morelos alude al término que los libros de Isaías y Mateo utilizaban al referirse a su trabajo en la difusión del Evangelio. En otro de sus discursos, al criticar el parte oficial y la fiesta que armó Félix Calleja cuando entró a la Ciudad de México, mintiendo sobre el Sitio de Cuautla, el Generalísimo aseguraba que eso pasaría no una vez sino hasta setenta veces siete, aludiendo al pasaje bíblico del Evangelio de Mateo, referente a la práctica del perdón.

La exposición José María Morelos y Pavón. Generalísimo de los ejércitos de la América Mexicana permanecerá hasta el 3 de abril de 2016, en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec (Primera Sección de Chapultepec). Horario de martes a domingo de 9 a 17 horas. El costo de entrada es de 64 pesos. Los domingos la entrada es libre.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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