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GUERRA DE VÍRGENES

Obelisco dedicado al triunfo independentista, en el Monte de las Cruces (foto: R. burgos).

Aunque ustedes no lo crean, aquí, en lo que fuera la Nueva España y ahora México, se dio un tremendo fanatismo entre gachupines e indígenas-novohispano. Los primeros querían imponer a la virgen de Los Remedios y los otros, a la Virgen de Guadalupe. Como los españoles hicieron señora de las inundaciones a su virgen, los nacidos aquí declararon a la suya, señora de las sequías. Hernán Cortés trajo a la Virgen de los Remedios, con cuya imagen se celebra la primera misa en lo que fue Tenochtitlán, cuando Moctezuma invita al invasor a entrar a la ciudad. Además, como las etnias locales no dejaban de adorar a sus ídolos, parece ser que el arzobispo Alonso de Montúfar, encarga a la escuela de tlacuilos de Tlatelolco, hacer una virgen semejante a la de Guadalupe de Extremadura, España. El artista que la pinta en 1556 es Marcos Cipac de Aquino, un nahua. Después surge un grupo independentista, llamado Guadalupe, que usaba esta virgen como estandarte. Por eso, cuando Miguel Hidalgo inicia la lucha de Independencia la usa, mientras que fuerzas realistas utilizan la imagen de la de Los Remedios. Guiados por las vírgenes, así como por Hidalgo y Torcuato Trujillo, los ejércitos independentistas y realistas se enfrentan en el Monte de las Cruces; gana Guadalupe e Hidalgo. A la postre, en la guerra de Independencia, triunfa la virgen de Guadalupe. Por eso es venerada, amada y puesta en el pedestal más importante, desde donde reina. La de Los Remedios prácticamente queda en el olvido en su basílica, en Naucalpan. La Guerra de las Vírgenes causó muchos problemas entre españoles y novohispanos, quienes se enfrentaron y agredieron unos y otros en múltiples ocasiones. El colmo fue que Ciriaco del Llano baleó en Pachuca, una imagen de la Guadalupana (quien también se le recuerda por apresar y asesinar a Mariano Matamoros). Así nos lo platicó Edgar Anaya al conducir Hidalgo en Cuajimalpa que forma parte de los Paseos Literarios, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del INBA. Edgar Anaya es promotor del ecoturismo, guía de turistas, investigador, periodista y escritor. Su último libro se denomina “Ciudad de México. Ciudad desconocida” que habla de 100 atractivos turísticos y culturales, muchos de ellos, prácticamente desconocidos. Nos llevó al Museo Miguel Hidalgo, en el centro de Cuajimalpa; dicen que Hidalgo durmió en ese sitio, el 31 de octubre y 1 de noviembre de 1810. De ahí nos trasladamos al Monte de las Cruces, la parte baja se encuentra a 3,050 metros sobre el nivel del mar. Ahí, los campesinos mestizos, criollos e indígenas que buscaban la independencia derrotan al ejército realista. Para recordar ese suceso del 30 de octubre de 1810, en ese sitio, hay un obelisco dedicado a Hidalgo. Frente al mismo, se encuentran dos monumentos, muy sui géneris, en memoria de Santos Degollado y Leandro Valle, defensores de las Leyes de Reforma. Ambos fueron apresados y asesinados por el conservador Leonardo Márquez (achichincle de Félix María Zuloaga, quien, a su vez, servía al clero mexicano), el 15 y 23 de junio de 1861. El mismo Márquez es el asesino de Melchor Ocampo el 3 de junio de 1861. Se acuerdan del famosísimo Pípila (Juan José de los Reyes Martínez), del que no está probada su existencia, pues dicen que sus días terminaron en la batalla del Monte de las Cruces.

 

PERIPLO CULTURAL

NUEVO LIBRO DE MONSIVÁIS. Los ídolos a nado, la antología global de Carlos Monsiváis, presentada la semana pasada en el Museo del Estanquillo. En estas páginas se pueden leer crónicas y ensayos sobre actrices, actores, cantantes y carpas, salones, burdeles y demás antros del saber; Dandismo, Siqueiros, Ejército Zapatista en la ciudad de México y cultura iberoamericana. Habla de que los máximos representantes de la cultura popular mexicana del siglo XX son Mario Moreno “Cantinflas”, José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, María Conesa y Dolores del Río, entre muchos otros.

HÉROES NEGROS. Los mexicanos estamos orgullosos que dos próceres nacionales sean afrodescendientes: El cura y general José María Morelos y Pavón y el general Vicente Guerrero Saldaña, quienes contribuyeron a la humanización de la sociedad, procurando igualdad, justicia y equidad entre hombres, sin ninguna clase de distinción, así lo expuso la titular de la Secretaría de Cultura del DF, Elena Cepeda de León, al inaugurar la exposición Abriendo los Ojos: Afro-México. Con esta muestra nos sumamos a las acciones emprendidas por la ONU, que declaró 2011, Año Internacional de los Afrodescendientes. Esta exposición es de Paulina García Hubard, quien asegura que aprendió dos cosas de estos pueblos negros de Guerrero y Oaxaca: “Aunque seamos diferentes todos somos iguales” y “gozar la vida en el día a día es lo más importante”. Usted podrá admirar esta muestra desde el pasado 6 de septiembre y hasta el 9 de octubre en la Galería Abierta de las Rejas de Chapultepec.

30 AÑOS DEL CITRU. Con la exposición Cambios Paradigmáticos del Teatro Mexicano S. XX y XXI, que organiza el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del INBA, festeja sus 30 años de vida. La expo está abierta al público en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural de Bosque. Consta de 170 fotografías y 90 documentos que dan muestra del devenir de la escena del teatro mexicano. Otras actividades que se llevarán a cabo son: Una serie de mesas de trabajo con los investigadores del CITRU, del 19 al 23 de septiembre, así como lecturas dramatizadas y visitas guiadas para que el público se acerque al acervo del centro de investigación teatral.

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