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Científicos mexicanos crean antiveneno contra mordeduras de serpiente

El Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ubicado en el estado de Morelos, dio a conocer que desarrolló un antiveneno para tratar la picadura de alacranes, y la mordedura de arañas y serpientes.

El candidato a doctor Guillermo de la Rosa Hernández, asesorado por el científico Gerardo Corzo Burguete, indicó que este antígeno para la producción de antivenenos es capaz de inhibir los efectos que producen las mordeduras de las serpientes coralillos, mambas y cobras, pertenecientes a la familia de elápidos, ubicadas en los continentes de América, África y Asia.

Los elápidos son serpientes que en su veneno tienen dos grupos principales de proteínas que les confieren su toxicidad, las fosfolipasas y las neurotoxinas de tres dedos. Dentro de estas últimas se ubican las alfa-neurotoxinas, responsables de una de las manifestaciones clínicas más importantes de la mordedura: el paro respiratorio.

Guillermo de la Rosa Hernández estudió la estructura primaria de las alfa-neurotoxinas, para luego crear, mediante técnicas de biología molecular, una neurotoxina con las características de todas las alfa neurotoxinas, a la que llamaron ScNtx.

El desarrollo tradicional de antivenenos para las mordeduras de serpiente se obtiene a través del veneno de estos reptiles. Este se inyecta en caballos y luego se extrae un volumen de sangre del equino, se separan los anticuerpos que se requieren 1-guillermorosa2118.jpgpara el veneno de serpiente, se purifican, liofilizan y finalmente se formula el producto, el cual, antes de salir al mercado, tiene que pasar por ciertas normas y pruebas que exige la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Para comprobar la efectividad de la proteína o neurotoxina sintética desarrollada en el IBt, los investigadores realizaron pruebas en equinos, y observaron la capacidad de estos para generar anticuerpos y neutralizar el efecto de las alfa-neurotoxinas.

El antiveneno experimental producido por la proteína ScNtx es capaz de neutralizar el veneno de serpientes distribuidas en más de 20 países. E incluso, podría resultar eficaz contra el veneno de la serpiente marina amarilla (Pelamis platura) y algunas otras serpientes venenosas para las cuales no existe antiveneno, esto de acuerdo con los doctores De la Rosa Hernández y Corzo Burguete.

“Encontramos que los venenos se neutralizan muy bien. Cuando comparamos la potencia de algunos antivenenos, nos dimos cuenta que nuestro antígeno experimental puede producir antivenenos tan potentes como los que están en el mercado. La diferencia es que nosotros utilizamos una sola toxina desarrollada en condiciones de laboratorio. Los antivenenos tradicionales se producen ordeñando el veneno de las serpientes, los cuales son muy variables”, dice De la Rosa Hernández.

La neurotoxina desarrollada en el laboratorio del IBt tiene la finalidad de enriquecer los antivenenos o tratamientos que tienen bajo porcentaje de antígenos neurotóxicos.

“El producto será un complemento para aquellos antivenenos con pocos anticuerpos neutralizantes contra la parte neurotóxica de los venenos de serpiente que existen en el mercado. Es decir, dará una mejor calidad”, explica Gerardo Corzo Burguete.

Por este desarrollo el Instituto de Biotecnología de la UNAM solicitó una patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). También el proyecto fue galardonado con el premio de investigación médica Dr. Rosenkranz 2018 que otorgan los laboratorios ROCHE y Funsalud.

Aunque las mordeduras de serpientes representan un problema de salud pública, aquellas ocasionadas por la familia de elápidos son las menos frecuentes en el país, el artículo «Reptiles venenosos en México» indica que los elápidos ocasionan entre uno y dos por ciento de los accidentes ofídicos.

Hasta cinco millones de personas en todo el mundo sufren cada año mordeduras de serpientes, lo que representa un problema de salud importante. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas producen parálisis, paro respiratorio, trastornos hemorrágicos, insuficiencia renal irreversible o daños tisulares que causarían discapacidades permanentes, y en el peor de los casos, la muerte.

En México, en 2017 ocurrieron poco más de mil ochocientos casos de mordeduras por serpientes. Veracruz, Oaxaca y Puebla fueron los estados con más accidentes reportados, esto de acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud.

Los expertos en el estudio de estos reptiles estiman que en todo el mundo existen alrededor de 600 especies de serpientes venenosas que se agrupan en varias familias: culebras (Colubridae), elápidos (Elapidae), serpientes marinas (Hydrophiidae), vipéridos (Viperidae) y crotalinos (Crotalidae).

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